A través de la oración, ella comenzó a confiar en que Dios era la fuente de su felicidad, autoestima y salud, a pesar del argumento de que estas eran inherentes al alcohol. Y sanó permanentemente de esta adicción.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!