El universo entero es una sinfonía,
sin tiempos ni destiempos;
donde todo es eterna
expresión de alegría;
donde solo lo bueno
se evidencia en nosotros,
en todos, cada día;
donde el bien sobreabunda,
donde reina la Vida.
¡Cómo quisiera, Padre,
contemplar este reino
con mirada divina!
Ver en todos Tus hijos
Tu imagen reflejada
y ese cielo glorioso
donde todos habitan.
Dame, pues, Tu mirada,
mi percepción aviva,
que descubra lo oculto
que ahora está a Tu vista.
Que en cada uno yo vea
como en un fiel espejo,
la imagen Tuya misma
que también yo reflejo.
Y al entender que ha sido
mi oración respondida,
contemplaré Tu reino,
donde mi comprensión se une
a la eterna armonía.
Mari G. de Milone
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