Recientemente, fui Primera Lectora en mi filial de la Iglesia de Cristo, Científico, y dirigí servicios semanales los domingos y miércoles. Los domingos por la mañana tenía el placer de saludar a la congregación con las palabras “Bienvenidos a este servicio sanador”. La curación es algo que los miembros de la congregación esperan y por lo que oran en cada servicio religioso de la Ciencia Cristiana, pero no siempre sabemos qué piensa al respecto cada individuo.
En una reunión de testimonios del miércoles, una visitante habló sobre una curación que había tenido durante uno de nuestros servicios. Esto tuvo un gran impacto en mí: no podía recordar haber tenido una curación durante un servicio religioso. Recientemente, esto cambió.
Una noche antes de un servicio dominical matutino, me sentí mal, así que empecé a pensar profundamente en cómo creó Dios a Sus hijos: a Su imagen, totalmente espirituales. Esta fue una respuesta normal para mí, ya que había sido sanada muchas veces a través de la oración. Sabía que podía confiar en el cuidado inagotable de Dios, y estaba segura de que, puesto que Dios es perfecto, yo sólo podía expresar Su perfección.
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