Todas las mañanas, antes de que Greg fuera a tomar el autobús de la escuela, él y su mamá hacían algo especial. Tocaban el piano y cantaban un himno del Himnario de la Ciencia Cristiana. Su favorito comienza de esta manera:
El amor de Dios nos salva;
nuestro es el bien.
Su favor es muy constante,
¡todo está bien!
El Amor es quien nos sana
y perfecta es Su gracia,
poderoso es quien nos cuida,
¡todo está bien!
(Mary Peters, N° 350, trad. y adapt. © CSBD)
Les gustaba la idea de estar rodeados por la gracia de Dios. La mamá de Greg le recordaba que nada malo podía tocarlo porque él es siempre uno con Dios. Greg estaba rodeado por la bondad de Dios, jamás estaba fuera del cuidado de Dios.
¡Luego salía por la puerta!
Un día después de la escuela, pusieron a Greg en el autobús equivocado. Trató de decirle a la escuela que su conductor de autobús era el Sr. Johnson. Pero la escuela le dijo que tenía que ir en el autobús de la Sra. Hester. Greg se sintió molesto viajando en el autobús equivocado. No sabía a dónde iba ni dónde se suponía que debía bajar.
Pero luego recordó el himno que a él y a su mamá les gustaba cantar. Recordó que estaba rodeado por la bondad de Dios y que Dios estaba allí con él. Estaba a salvo sin importar dónde estuviera.
La chica que estaba sentada a su lado comenzó a hablar con él. Su nombre era Mindy. Él dijo que se llamaba Greg, y le dijo que estaba en el autobús equivocado y no estaba seguro de cómo llegar a casa.
“Está bien”, le dijo Mindy. “Puedes volver a casa conmigo y mi madre te ayudará”.
Greg se bajó del autobús y fue a la casa de Mindy. Él sabía el número de teléfono de su mamá, por lo que podían llamarla. La mamá de Greg estaba muy feliz de saber de él y dijo que iría con el auto a recogerlo.
Greg estaba contento de ver a su mamá. También estaba contento de contarle cómo había orado en el autobús. Había podido comprobar que realmente estaba siempre a salvo bajo el cuidado de Dios.
