Ya sea que nuestras escuelas, edificios de oficinas e iglesias hayan reabierto sus puertas físicas, estén reabriendo o esperen hacerlo, tenemos la oportunidad de orar de manera profunda y consagrada. Lo que sea que nuestra propia nación o estado esté haciendo durante este período, hay muchos temas importantes a considerar, entre ellos, ¿cuáles son los requisitos oficiales que debemos cumplir? y ¿cómo demostramos armonía entre aquellos que participan?
Al orar por mi iglesia local y la comunidad en su totalidad, he encontrado gran consuelo y guía al recurrir a dos preciosos libros que constituyen el pastor de La Iglesia de Cristo, Científico: la Santa Biblia y Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. Hallo que estos recursos nunca dejan de iluminar la Palabra de Dios, que “lámpara es a mis pies…, y luz para mi camino” (Salmos 119:105, LBLA).
Por ejemplo, la Biblia cuenta que cuando los discípulos de Jesús continuaron difundiendo su ministerio después de su ascensión, varias comunidades alrededor del Mediterráneo estaban tratando de descubrir cómo organizar iglesias para su amada religión. Y, no muy diferente de hoy en día, varias congregaciones se sentían inquietas y divididas acerca de unirse. En Roma, el tema de la circuncisión era uno de los temas del día. Entre los judíos que estaban adoptando esta nueva fe, había aquellos que sentían muy fuertemente que, para mostrar fe, los hombres que querían participar en la iglesia debían seguir este mandato que se le dio a Abraham. Por otro lado, la gente afirmaba que esta restricción ya no debía aplicarse. Había hombres que tenían el gran deseo de practicar su nueva fe cristiana y sentían que ellos debían ser bienvenidos en la iglesia tal como eran. Así que fue un momento bastante tumultuoso.
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