Se cuenta que un día, cuando el sol brillaba, de repente hubo una conmoción en la tierra. Gran cantidad de animales gritaban porque habían encontrado oscuridad en una cueva.
El sol, con curiosidad, preguntó: “¿Qué es la oscuridad?”. Uno de los osos exclamó impulsivamente: “¿No sabes qué es la oscuridad?”. Un conejo gritó: “Sígueme y te lo mostraré”, y fue saltando hacia la cueva.
Cuando el conejo se precipitó dentro de la cueva, seguido por los otros animales, y el sol justo detrás de ellos, ¿sabes lo que encontraron? Luz. Dondequiera que el sol miraba, veía luz. El brillo de su propio ser era lo único que podía ver.
Al igual que el sol en esta historia, dondequiera que Dios mira, ve el brillo infinito de Su propio ser. Es asombroso lo que nuestro Dios, el infinito, es y hace. Y también es asombroso lo que nosotros realmente somos y podemos hacer. Por ser la expresión espiritual de Dios —mucho más de lo que el sentido material de nosotros mismos sugeriría— estamos realmente dónde y cómo Dios divinamente brilla; el resplandor del ser de Dios constituye nuestro verdadero ser. Aunque las apariencias presentes pueden ser engañosas, cada uno de nosotros vive para reflejar la armonía, el brillo y la gracia de Dios.
La siguiente promesa extraordinaria de la Descubridora de la Ciencia Cristiana y Fundadora de la Iglesia de Cristo, Científico, es el tema de la Asamblea Anual de junio de 2022 de La Iglesia Madre en Boston, Massachusetts. Detalla cómo Dios, a través de la luz del Cristo, la idea espiritual de Dios, está transformando la experiencia humana.
“Un único Dios infinito, el bien, unifica a los hombres y a las naciones; constituye la hermandad del hombre; pone fin a las guerras; cumple el mandato de las Escrituras: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’, aniquila la idolatría pagana y la cristiana, todo lo que está errado en los códigos sociales, civiles, criminales, políticos y religiosos; equipara los sexos; anula la maldición que pesa sobre el hombre, y no deja nada que pueda pecar, sufrir, ser castigado o destruido” (Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 340, negrita añadida para enfatizar).
Por supuesto, al pensar en este último año, podríamos estar tentados a centrarnos en la oscuridad —la enfermedad, la división y la guerra— que parece haber plagado al mundo. Pero aquí es donde, como miembros y amigos de esta iglesia dedicada a la curación —consagrada a afirmar y reflejar la luz divina e infinita— podemos ver elementos de progreso en todo el mundo.
Cuanto más aprendemos sobre el amor, la presencia y el poder del infinito, descubrimos que:
- No puede haber ningún lugar dentro del infinito donde algo desemejante al bien infinito pueda esconderse y causar problemas.
- En el infinito, todos son valorados y amados.
- Siempre algo bueno sucede —se revela— cuando en oración consideramos y enérgicamente afirmamos la maravillosa naturaleza de nuestro “único Dios infinito, el bien”.
A medida que se comprenda el significado de estos hechos divinos, viviremos con menos ansiedad y expresaremos más paz y propósito espirituales, y esperaremos verlos mejor manifestados en los demás. Se comenzará a ver, o a ver más plenamente, que el brillo del ser de Dios constituye nuestro ser, y gobierna nuestra salud y nuestras interacciones con quienes nos rodean. Comenzaremos a seguir a Cristo Jesús, o a seguirlo aun más gustosamente, y sus palabras a sus seguidores cobrarán mayor importancia: “Eres la luz que da luz al mundo. Una ciudad construida sobre una colina no se puede esconder. … debes ser una luz para otras personas. Vive para que vean las cosas buenas que haces. Vive para que alaben a tu Padre que está en los cielos” (Mateo 5:14, 16, según International Children’s Bible).
Debido a que Jesús expresó y demostró plenamente al Cristo, el amor y el poder restauradores de Dios, fue un maestro transformador, y es nuestro Mostrador del camino. A través de cada curación y cada cambio del corazón que Jesús efectuó, estaba demostrando la naturaleza del infinito y quiénes somos como expresiones espirituales e individuales de Dios. Hoy, el Cristo está llegando a todos los rincones del pensamiento y eliminando todo lo que no está a la altura del infinito. Los temores sombríos y los conceptos erróneos materialistas no pueden sino desaparecer ante la presencia de esta luz divina.
La carta de invitación de la Junta Directiva de la Ciencia Cristiana a la Asamblea Anual de 2022, que se encuentra en El Heraldo de Marzo, declaró en parte: “La Iglesia está dónde y cómo trabajamos hombro con hombro para probar el amor inagotable de Dios. Juntos enfrentamos y vencemos a los agresivos enemigos de la iglesia: ya sea la apatía, la voluntad humana o cualquiera de las creencias de limitación individual, o el materialismo del mundo y la resistencia colectiva a la Verdad. La Iglesia de Cristo, Científico, demuestra una y otra vez que el Cristo eterno toca, redime y sana corazones y vidas”.
Debido a que la oscuridad no se puede encontrar en Dios, o en lo que realmente somos como ese brillo del ser de Dios, debe reconocerse en oración que los enemigos agresivos de la iglesia no tienen ninguna influencia y no forman parte del verdadero ser de nadie. Dios nos une y nos motiva a adorar y perdonar, a cooperar y ser atentos y productivos miembros de la iglesia y la sociedad. En Primera de Pedro leemos: “Ustedes son un pueblo escogido... Son una nación que pertenece sólo a Dios. Dios los escogió para que cuenten acerca de las cosas maravillosas que ha hecho. Él los llamó de las tinieblas a su luz maravillosa” (2:9, según International Children’s Bible).
No solo “un único Dios infinito, el bien, unifica a los hombres y a las naciones”, sino que Dios “pone fin”, “aniquila” y “anula” el mal. ¿Es esto una tarea difícil? Puede parecer así, pero es algo que el “único Dios infinito, el bien”, mediante una iglesia cuyos miembros y amigos siguen al Cristo, puede hacer. ¿Por qué? Porque cuando Dios te mira a ti, a los tuyos y a tu iglesia, el brillo de Su propio ser es lo único que Él puede ver: una luz infinita y brillante.
KEITH WOMMACK
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