¿Un año entero viajando? El padre de Melody se había tomado un descanso de su trabajo, y él, Melody y su mamá pasaron el año visitando muchos lugares diferentes por todos los Estados Unidos.
Sin embargo, aunque era emocionante ver cosas nuevas, al principio a Melody le resultó difícil. Tuvieron que vender su casa y guardar sus muebles en un depósito. Ella tuvo que dejar su escuela, sus amigos y sus dos gatos, Butterball y Buttons.
El año de viaje estuvo muy divertido y lleno de aventuras, pero regresar no fue fácil. Melody tenía que ir a una nueva escuela donde no conocía a nadie.
A medida que se acercaba el primer día, se sentía asustada. Melody y su mamá hablaron de cuánto la ama Dios. Y Melody también recordó lo que había aprendido en las Escuelas Dominicales de la Ciencia Cristiana que había visitado mientras viajaba. Sabía que Dios estaba con ella dondequiera que iba, porque Dios está siempre presente. Su mamá le recordó que no había ningún lugar al que pudiera ir, ni siquiera una nueva escuela, donde Dios no estuviera con ella.
Hablaron sobre el Padre Nuestro y las vislumbres espirituales del mismo publicadas en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy. Melody y su mamá sacaron el libro y leyeron juntas la oración. Hablaron de que Dios es “nuestro Padre-Madre Dios”, como dice la Sra. Eddy (pág. 16). Melody pudo ver que esto significaba que todos los hijos de Dios son hermanos y hermanas.
Melody pensó en el año en que viajó con sus padres. Habían hecho tantas cosas divertidas, como visitar la fábrica de los chocolates Hershey y subir hasta la parte más alta de la Estatua de la Libertad. Y recordó que habían conocido personas en todos los lugares nuevos, quienes también formaban parte de la familia de Dios. Melody se dio cuenta de que podía hacer lo mismo en su nueva escuela. ¡Ella conocería a más miembros de la familia de Dios!
Después de eso, cuando Melody fue a la escuela, no tuvo miedo de estar con extraños. En cambio, estaba muy entusiasmada por conocer a nuevos “hermanos y hermanas” como hijos de Dios. Hizo muchos amigos nuevos en su primer día y fue invitada a unirse a un grupo de Niñas Exploradoras. Cuando llegó a casa de la escuela a contarle todo a su mamá, ¡Butterball y Buttons estaban allí para saludarla! Ella estaba muy feliz de haber aprendido que todos somos parte de la familia de Dios: cada uno de nosotros.