Un nuevo comienzo no siempre es la estrategia correcta, pero hay ocasiones en las que puede ser el enfoque más productivo para encontrar la solución necesaria. Sin embargo, para ser eficaz, un nuevo comienzo realmente necesita ser un nuevo comienzo honesto. Entonces, ¿cómo podemos encontrar el camino para comenzar de nuevo?
Una declaración atribuida al filósofo romano Séneca, “Cada nuevo comienzo proviene del final de algún otro comienzo”, significa para mí que, cuando dejamos atrás una fase anterior, nos llevamos con nosotros todo lo que hemos aprendido. Somos enriquecidos por nuestra experiencia. Y por mucho que queramos aferrarnos a un enfoque y un camino conocidos, tenemos que estar dispuestos a abandonarlos y ser receptivos a una nueva orientación. Esta humildad nos prepara para la inspiración que nos brindará renovado ímpetu a fin de alcanzar un mayor crecimiento espiritual y curación.
La Ciencia Cristiana revela mucho acerca del Cristo como el mensaje orientador de Dios. A Jesús le encantaba escuchar y seguir los mensajes espirituales de Dios, e hizo ambas cosas en el más alto nivel. Él fue identificado de manera única como Cristo Jesús, pero este mismo Cristo —la misma guía que dirige, transforma y sana que bendijo a Jesús y fue personificada por él— continúa bendiciendo al mundo de hoy. Y abrirnos al Cristo, la verdad de Dios, energiza nuestros pasos hacia un nuevo y maravilloso comienzo. La Biblia da este consejo: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).
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