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Mientras pasaba por el proceso de afiliarme a la iglesia en las semanas que siguieron a la llamada telefónica, ocasionalmente sentía punzadas de dolor cuando me movía de ciertas maneras; sin embargo, cada vez pude declarar mentalmente que había lidiado con el tema y que este no tenía autoridad para regresar, porque Dios no lo permitía.

Razoné que, por ser un obsequio de Dios a la humanidad, la Iglesia nunca puede dejar de probar que la Verdad y el Amor echan fuera el mal y sanan la enfermedad.

En mi propia experiencia, descubrí que mirar continuamente hacia atrás recordando lo sucedido —especialmente repasar y aferrarme a los errores— me impedía obtener mi comprensión y demostración de progreso y libertad espirituales.

Participar en la Escuela Dominical, visitar la Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana y asistir a los servicios de la iglesia dieron una estructura sólida a mi vida. Aprendí sobre mi verdadera identidad como hija amada de Dios.

Las pruebas individuales del poder de Dios, por medio de nuestro crecimiento espiritual y práctica sanadora, apartan el pensamiento de las limitaciones de la materia hacia el Amor y el Espíritu; y esto llevará a una mayor realidad y solidez de la luz del Cristo en nuestras vidas, y como resultado habrá más motivación y seremos iluminados nosotros mismos y los demás.

Qué reconfortante es saber que hay una llave maestra que puede abrir cualquier puerta y llevar a la resolución de cada problema humano. Esta llave maestra es el Cristo. 

Me regocijo en la gran armonía y paz que caracterizan el universo de Dios, el verdadero reino de todos nosotros.

Esforzarse por practicar a diario el arte de contemplar “en la Ciencia al hombre perfecto” allana el camino para poder enfrentar desafíos más grandes.

Tenemos el derecho divino de reclamar nuestra completa inocencia y dominio como hijos eternos del Espíritu, y de reclamar lo mismo para todos los demás.

Nuestra Secretaria, Laurie Richardson, ha notificado a la Junta Directiva su intención de dejar el cargo de Secretaria y regresar a su hogar en Missouri, EUA. Todos hemos sido grandemente bendecidos por su profunda comprensión de metafísica, su evidente amor por La Iglesia Madre y todos sus miembros, y su dirección de la Oficina de la Secretaria durante los tres últimos años.