Originales Web
Es sólo el Amor divino, vivido prácticamente en nuestra experiencia diaria, lo que permite que nuestros sistemas políticos pasen metafóricamente de la muerte a la vida, para ser renovados y fortalecidos.
Oré para ver que la enfermedad, y específicamente una pandemia, no tenía inteligencia. Jamás fue creada por Dios, por lo que no podía tener poder.
Cuando las cosas que hemos apreciado están inestables, cambian, son cuestionadas o debatidas, o incluso perdidas, encontramos que la misma Roca salvadora que encontró el salmista —el fundamento eterno y espiritual del Amor divino, Dios— todavía está presente.
Reconozco que nuestra paz y bienestar individuales enfrentan desafíos, hasta el triunfo final sobre toda mentalidad material. Pero la resolución de cada desafío proporciona más crecimiento y aprecio por la comprensión del Dios del todo bueno.
Vi que cada uno de ellos expresaba solo al Dios infinito, el bien.
La curación espiritual se evidenció por primera vez en nuestra familia al eliminar el temor de la madre en lugar de centrarse en la condición física del niño.
La curación metafísica conduce a la buena salud. La capacidad de recurrir a Dios para sanar y encontrar alivio de la enfermedad a través de medios espirituales es increíblemente liberadora.
La autora oró profundamente sobre el hecho de que los aparentes accidentes no podían tener ningún efecto ni limitar el bien presente en su experiencia.
¡Necesitaba comenzar a actuar (vivir) como la hija alegre y agradecida de Dios! Sabía que no debía fingir ser amorosa, amable, paciente, mansa, etc., pero sí necesitaba reflejar el pensamiento y la acción correctos de todas las maneras que pudiera.
Apareció primero el 25 de agosto de 2022 como original para la Web.
Estamos en el universo de Dios, y nuestra función es ser testigos del interminable desenvolvimiento del bien de Dios. La renovación espiritual comienza mental e individualmente, y si cada uno de nosotros hace su parte, podemos encontrar colectivamente formas de rehabilitar nuestro medio ambiente, para nuestras vidas y comunidades individuales, y para toda la tierra.