Estoy muy agradecida por haber sido sanada a través de la Ciencia Cristiana en el otoño de 2022.
Si bien no me hicieron un diagnóstico, tenía dolor y estaba congestionada. En ese momento, no había regulaciones de Covid en mi estado, pero me quedé en casa en lugar de ir al trabajo y me tomé un tiempo libre. Me sentía demasiado enferma como para sentarme y trabajar en mi computadora de forma remota.
Todo esto ocurrió durante un tiempo tumultuoso en el trabajo. Tuve un desacuerdo con mi jefe, algo que no era característico de nuestra relación laboral habitual: generalmente me llevo muy bien con todas las personas con las que trabajo. También estaba considerando una oferta de empleo en otra empresa que incluía un aumento salarial. La tentación de marcharme era fuerte, pero no estaba segura de que fuera el momento adecuado para irme a otra empresa. No quería tomar una decisión emocional después del desacuerdo. De manera que sufría de congestión, tanto en mi cuerpo como en mi entorno de trabajo. Me sentía abrumada; y cuando le expresé todo esto a mi esposo, me recomendó que llamara a un practicista de la Ciencia Cristiana, y así lo hice.
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