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Original Web

Opiniones más elevadas del trabajo traen curación

Del número de noviembre de 2023 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 24 de julio de 2023 como original para la Web.


Estoy muy agradecida por haber sido sanada a través de la Ciencia Cristiana en el otoño de 2022. 

Si bien no me hicieron un diagnóstico, tenía dolor y estaba congestionada. En ese momento, no había regulaciones de Covid en mi estado, pero me quedé en casa en lugar de ir al trabajo y me tomé un tiempo libre. Me sentía demasiado enferma como para sentarme y trabajar en mi computadora de forma remota. 

Todo esto ocurrió durante un tiempo tumultuoso en el trabajo. Tuve un desacuerdo con mi jefe, algo que no era característico de nuestra relación laboral habitual: generalmente me llevo muy bien con todas las personas con las que trabajo. También estaba considerando una oferta de empleo en otra empresa que incluía un aumento salarial. La tentación de marcharme era fuerte, pero no estaba segura de que fuera el momento adecuado para irme a otra empresa. No quería tomar una decisión emocional después del desacuerdo. De manera que sufría de congestión, tanto en mi cuerpo como en mi entorno de trabajo. Me sentía abrumada; y cuando le expresé todo esto a mi esposo, me recomendó que llamara a un practicista de la Ciencia Cristiana, y así lo hice.

El practicista me recordó instantáneamente que solo hay una Mente y que soy capaz de pensar y ver claramente porque soy hija de Dios, la amada del Amor. Por lo tanto, la difícil situación que enfrentaba no podía tener un efecto físico en mí. Estas ideas me animaron y comencé a pensar con claridad. 

Quería empezar a vivir de acuerdo con el Amor y perdonar a mi jefe. Pero también necesitaba perdonarme a mí misma, porque me di cuenta de que tampoco había estado exenta de fallas. Mientras oraba, recordé que trabajo en el Amor divino, y que la ley del Amor siempre está en operación. 

Al pensar en el trabajo desde esa perspectiva, ya no me importó si lo hacía en una determinada empresa o para un determinado jefe. Dondequiera que esté, estoy empleada para expresar Amor, Mente, Principio, y todos los sinónimos de Dios que se encuentran en la Biblia y en el libro de texto de la Ciencia Cristiana (Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy). 

Estas ideas también comenzaron a eliminar gran parte del estrés que generalmente había estado sintiendo respecto al trabajo. Me di cuenta de que estoy trabajando para Dios, y mi labor refleja a Dios. Quería quitarme del camino y preocuparme mucho menos por lo que mi jefe pensara de mí o del producto de mi tarea. Sabía que el Amor nos guiaría a ambos mientras colaboráramos. 

Al pensar en trabajar de esta manera, pude ver a mi jefe más espiritualmente: como una idea inocente de Dios. Entonces me sentí muy agradecida de trabajar en mi empresa. En un día, comprendí tan claramente que no necesitaba dejar mi trabajo que respetuosamente rechacé la oferta de la otra firma, que fue muy comprensiva y apoyó mi decisión.

Sin embargo, todavía no me sentía lo suficientemente bien como para trabajar, así que oré para disipar mi miedo. Cuando lo hice, percibí un temor inconsciente: Me sentía presionada a regresar a mi empleo rápidamente, y pensé que si no lo hacía, se dañaría la imagen de mi práctica de la Ciencia Cristiana. 

Cuando le comenté esto a mi practicista, fue muy útil que me recordara que no estoy aquí para mostrarle a mi jefe, ni a nadie, la eficacia de la Ciencia Cristiana a través de mi propia capacidad. La Verdad de la Ciencia Cristiana se defiende a sí misma, y nuestro trabajo —gracias a Dios— es conocer la Verdad que Jesús enseñó y dar testimonio de que Dios está en operación. Momentos después de comprender esto, el dolor que había estado sintiendo se disipó. Pude dormir y trabajé la mayor parte del día siguiente desde mi lugar remoto. 

Continué orando con el practicista para eliminar los síntomas que persistían. Mientras trabajaba en tareas difíciles durante los días siguientes, me concentré en dejar que el Amor me guiara. Descubrí que podía ser muy productiva. Me encantó la idea de ser parte de un equipo dirigido por la Mente, la Verdad, el Amor, Dios. No me sentía agobiada por mi trabajo ni la única responsable del producto, ¡y me pareció mucho más divertido! 

En mi tiempo libre, estudié el capítulo de Ciencia y Salud llamado “El magnetismo animal desenmascarado”. Me ayudaron particularmente estas declaraciones sobre el magnetismo animal: que “es la creencia falsa de que la mente está en la materia, y que es tanto mala como buena; que el mal es tan real como el bien y más poderoso” (pág. 103). Y también: “La Ciencia Cristiana arrasa el reino del mal, y preeminentemente promueve el afecto y la virtud en las familias y, por consiguiente, en la comunidad” (págs. 102-103). 

A medida que continuaba orando por mi comunidad en el lugar de trabajo, me quedó claro que no necesitamos acumular sentencias. Dios es el Principio, y nuestro trabajo es amar el Principio. También me pareció útil saber que nuestra tarea es apoyar a nuestro prójimo y ver a todos como Dios los ve: espiritualmente, sin ninguna condenación u odio. 

 Cuando este punto de vista se hizo evidente, los síntomas desaparecieron por completo. 

Estoy agradecida por haber sanado y por la claridad proveniente de la Mente divina que me llevó a tomar la decisión correcta sobre mi trabajo. También estoy muy agradecida por la Ciencia Cristiana. Hay infinitas aplicaciones de la Verdad, siempre más para explorar y nuevas formas de bendecir. 

Avery Sander
Jacksonville, Florida, EE.UU.

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