Durante unos treinta años me sentí encadenada por el miedo a hablar entre compañeros y en grandes áreas. Este temor era debilitante, al punto de que tenía reacciones físicas extremas incluso ante la idea de hablar frente a los demás. Esto controlaba mis decisiones profesionales, mi vida social e incluso mi concepto de quién era.
Entonces, hace unos nueve años, comencé a estudiar la Ciencia Cristiana y a realizar un estudio profundo de la Biblia junto con Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy. Me resultó útil aprender hebreo bíblico y griego para ver las conexiones entre la Biblia King James y los escritos de la Sra. Eddy. Tenía curiosidad por comprender más acerca de Dios y mi relación con Él. Comencé a dejar que los nuevos conceptos de identidad que estaba aprendiendo me definieran y cuestioné pensamientos que no estaban en línea con esas enseñanzas.
El miedo a menudo incluye la expectativa del mal, que presupone que el mal tiene existencia y poder. Comprender que esta premisa era contraria a todo lo que estaba aprendiendo fue el primer golpe a esas cadenas del miedo.
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