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Web Original

Se superan síntomas de varicela

Del número de diciembre de 2021 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 20 de septiembre de 2021 como original para la Web.


Cuando uno de mis hijos era pequeño, una enfermedad contagiosa de gran preocupación en ese momento era la varicela. Había visto a otros niños que habían luchado contra ella, así que conocía los síntomas cuando noté que mi hijo mostraba señales de la misma. Para obedecer las reglas locales y por amor a los demás, sabía que tendría que poner en cuarentena a mi hijo hasta que todas las señales de la enfermedad hubieran pasado, lo que a menudo era un par de semanas. Al mirar a mi hijo, supe que podía recurrir a Dios para obtener curación y declaré con firmeza en el pensamiento: “No, esto no es parte del hijo perfecto de Dios”. Como él no estaba al tanto de los síntomas, lo dejé que continuara jugando por su cuenta, y llamé a un practicista de la Ciencia Cristiana para que orara por nosotros. 

Mi declaración se basó en una afirmación en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy: “Las tres grandes verdades del Espíritu: la omnipotencia, la omnipresencia y la omnisciencia —el Espíritu que posee todo el poder, llena todo el espacio, constituye toda la Ciencia— contradicen para siempre la creencia de que la materia pueda ser real” (págs. 109-110). Entonces, si el Espíritu, no la materia, es la verdadera sustancia de todo, la enfermedad no tiene nada a lo que adherirse y ninguna sustancia real. Y si la materia y la enfermedad no tienen sustancia real, entonces el pensamiento es el aspecto importante que debe abordarse.  

Era consciente de que este niño y todos los niños son, en realidad, expresiones del Amor y la Vida. En el Glosario de Ciencia y Salud, el cual proporciona interpretaciones metafísicas de los términos bíblicos, nuestra Guía define a los niños en parte como “los pensamientos y representantes espirituales de la Vida, la Verdad y el Amor” (pág. 582). Mi hermoso hijo, así como todos los hijos de Dios, reflejaba sólo el bien puro por ser la creación de Dios, que es la fuente de todo el bien y sólo del bien. Puesto que Dios es el bien todopoderoso y el creador de todo lo que es real, este niño no podía ser nada más que bueno en todos los sentidos.

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