He tenido muchas curaciones de problemas de relación y desafíos físicos en los últimos cincuenta años. La curación de una crisis en mi matrimonio ha sido un faro maravilloso para mí.
Conocí a mi esposo en Berlín, Alemania, mi ciudad natal. Él era un soldado estadounidense estacionado allí, y nos conocimos en el Foro Juvenil de la Ciencia Cristiana. Después de comprometernos, planeamos mudarnos a su ciudad natal en los Estados Unidos. Basé mi decisión de dejar a mi familia y mudarme a un país lejano en que ambos habíamos sido criados en la Ciencia Cristiana. Hasta el último momento antes de nuestra boda, oré a Dios para que guiara mi decisión, haciendo de la Ciencia Cristiana la base fundamental de nuestro matrimonio.
Hace varios años, mi esposo comenzó a actuar de manera muy extraña, y en un momento me dijo que ya no me amaba. Comencé a orar por esto, ya que sentía como si algo malévolo estuviera presente en mi hogar, pero continuó durante varios meses.
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