Hace años, una amiga compartió conmigo una curación que experimentó a través de la oración, que incluía la poderosa sensación de que Dios estaba presente y que todo estaba bien. En ese momento, comentó que lo que más le llamó la atención fue la sensación que tuvo. Era una certeza tranquila y exaltada de que no había nada que temer y que todo estaba bien. Luego dijo: “El sentimiento fue la curación”. En otras palabras, en el momento en que sintió tan fuertemente el poder del amor de Dios por ella, la enfermedad desapareció. Estaba perfectamente bien y completamente sana.
Su comentario de que “el sentimiento fue la curación” realmente me llamó la atención. Desde entonces, he llegado a comprender que, en la práctica sanadora de la Ciencia Cristiana, es el sentimiento que uno obtiene al acercarse a Dios —sentimiento que lleva consigo la convicción de la presencia y el poder eternos de Dios— lo que rompe la ilusión de la enfermedad o cualquier otro problema y resulta en la curación.
La Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy, escribió un poema en el que planteó una pregunta que invita a la reflexión: “¿Sientes del Verbo el poder?” (Himnario de la Ciencia Cristiana, N.° 298). Como estudiante de la Biblia de toda la vida, ella sintió la importancia y el significado de la palabra de Dios. A lo largo de su vida, la inspiración de las Escrituras a menudo le brindó consuelo. Para ella, transmitían una fuente constante de poder, paz, autoridad y luz.
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