Muchos de nosotros creemos en teoría que Dios es Amor y que Él nos ama, pero hay ocasiones en que encontramos prueba de esto. Comparto la siguiente experiencia para ilustrar lo que quiero decir.
Un viernes cuando participé en la inspirada lectura que la Enfermería de la Ciencia Cristiana de Chile brinda, se leyó lo siguiente de No y Sí escrito por Mary Baker Eddy, la Descubridora de la Ciencia Cristiana: “La ley de Dios se resume en tres palabras: ‘Yo soy Todo’; y esta ley perfecta siempre está presente para rechazar cualquier pretensión de otra ley. Dios se compadece de nuestros dolores con el amor de un Padre para con Su hijo, —no volviéndose humano y conociendo el pecado, o sea la nada, sino borrando nuestra noción de lo que no existe” (pág. 30). Este pasaje me dejó meditando en lo simple que es tomar consciencia de esta gran verdad de que Dios es Todo, y que Él no conoce el pecado, la enfermedad y la desarmonía, ni pueden Sus hijos experimentarlos. ¡Cuán hermoso es saber esto!
Al día siguiente, estaba en la cocina preparándoles el desayuno a mis niños, y mientras comían puse agua a calentar en el hervidor. Después de que hirvió, le eché el agua a mi tazón de vidrio. De pronto, cuando iba caminando con mi tazón en una mano y el hervidor en la otra en chancletas, el tazón de vidrio se desfondó, y el agua caliente y la base de vidrio cayeron directamente sobre mis pies.
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