
Para jóvenes
Cuando una prueba en una de sus materias más aterradoras se cernía sobre su cabeza, esta autora comenzó a prepararse para el examen con la oración. Lee cómo valió la pena hacerlo.
El nuevo año escolar tuvo un comienzo difícil para esta estudiante de bachillerato: nadie sabía que existía. Como las cosas no mejoraban, recurrió al Padre Nuestro en busca de ayuda y tuvo un cambio en el pensamiento que la llevó a tener una experiencia escolar muy diferente.
Era el comienzo de la temporada de tenis cuando esta deportista se cayó durante la práctica y se lesionó la muñeca. Parecía que no lograba liberarse de la preocupación de estar fuera de la cancha por un tiempo, pero luego se dio cuenta de que tenía otra opción: podía orar.
Después de lastimarse el pulgar durante un partido de fútbol, este adolescente inicialmente se preguntó si tenía suficiente fe como para ser sanado. Pero poco a poco, mientras oraba, su fe aumentó y se produjo la curación.
Cuando su ciudad dio la orden de permanecer en casa, este adolescente estaba haciendo lo que podía para divertirse y mantenerse activo. Pero cuando se lastimó jugando al baloncesto, le pareció muy injusto. Ahora ¿cómo iba a pasar el tiempo durante el encierro? La oración lo ayudó a cambiar totalmente su posición mental y la lesión.
Para esta autora, el deseo de liberarse del dolor emocional que estaba sintiendo se convirtió en un patrón de comportamiento autodestructivo. ¿Qué rompió el ciclo? Todo comenzó con una idea de Ciencia y Salud.
Durante un juego de polocrosse, esta adolescente tuvo un accidente que “debería” haber resultado en una conmoción cerebral severa ... pero no fue así. Continúa leyendo para descubrir cómo fue sanada y cómo su curación inspiró a otra jinete que nunca antes había oído hablar de la Ciencia Cristiana.
¿Qué puedes hacer cuando te sientes confundido, asustado, desesperado o “en la oscuridad” acerca de tu vida? Esta autora comparte un poderoso descubrimiento espiritual que la llevó, y puede llevarte a ti, hacia la luz.
Con la pandemia arrasando Europa, esta ciudadana estadounidense, que vive en España, cuenta cómo la Ciencia Cristiana la ayudó a enfrentar —y superar— sus temores de estar tan lejos de sus padres y potencialmente no poder regresar a casa.
Cuando se enfrentó a una decisión que tenía que tomar, Grant recurrió a Dios y fue llevado a una situación en la que se sintió verdaderamente feliz. Está muy agradecido por haber aprendido que todos podemos confiar siempre en Dios para que nos guíe.