Para jóvenes
Cuando este estudiante de bachillerato comenzó a tener debilitantes ataques de pánico, descubrió que podía hacer más que lidiar con el problema. Podía esperar una curación completa orando como había aprendido en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana.
Ella nunca había pensado en sí misma como una corredora, pero mientras se preparaba primero para una carrera de 5000 metros y luego una media maratón, esta autora descubrió que correr era mucho más que atletismo. En realidad, era una oportunidad para aprender más acerca de Dios, y esta comprensión no solo la ayudó a superar las limitaciones, sino que también la ayudó a sanar de una lesión que había sufrido antes de la carrera.
Un adolescente comparte cómo ha estado orando durante la pandemia para sí mismo, los negocios de su padre y el mundo.
Puede que sea difícil hablar sobre temas como el racismo y orar por ello. Un Científico Cristiano de color cuenta cómo ha cambiado su pensamiento acerca del racismo y cómo esto estimula sus oraciones y transforma sus conversaciones.
No importa cuán confusas o perturbadoras puedan llegar a ser las cosas con las personas que amamos, los ángeles de Dios siempre están ahí para decir: “No temas” y para arreglar la situación.
Esta estudiante universitaria ya se sentía abrumada cuando de repente se enteró de que tendría que prepararse para un examen adicional. ¿Cómo iba a hacerlo todo? Dios tuvo una respuesta sorprendente para ella.
Cuando una prueba en una de sus materias más aterradoras se cernía sobre su cabeza, esta autora comenzó a prepararse para el examen con la oración. Lee cómo valió la pena hacerlo.
El nuevo año escolar tuvo un comienzo difícil para esta estudiante de bachillerato: nadie sabía que existía. Como las cosas no mejoraban, recurrió al Padre Nuestro en busca de ayuda y tuvo un cambio en el pensamiento que la llevó a tener una experiencia escolar muy diferente.
Era el comienzo de la temporada de tenis cuando esta deportista se cayó durante la práctica y se lesionó la muñeca. Parecía que no lograba liberarse de la preocupación de estar fuera de la cancha por un tiempo, pero luego se dio cuenta de que tenía otra opción: podía orar.
Después de lastimarse el pulgar durante un partido de fútbol, este adolescente inicialmente se preguntó si tenía suficiente fe como para ser sanado. Pero poco a poco, mientras oraba, su fe aumentó y se produjo la curación.