Relatos de curación
Seguramente habrá es la parábola del hijo pródigo en la Biblia. Así como el hijo volvió a casa de su padre, también yo regresé a casa del Padre, y sentí Su cálido amor que nos cubre con “el mejor vestido” y mata “al becerro más gordo” para nosotros (véase Lucas 15:11-24).
Hace Un Tiempo, un sentimiento de profunda tristeza, impotencia y gran depresión me embargó cuando surgió una situación con algunos amigos que poco a poco me llevó a sentirme resentida. Este estado mental me fue minando físicamente, produciéndome trastornos bronquiales, al extremo que en las noches se me hacía difícil respirar.
Cuando estaba en la secundaria, durante cierto tiempo mis manos estuvieron cubiertas de verrugas. Un día, estaba sentada en clase observando la aparición de una nueva verruga, cuando me vino un pensamiento muy claro, casi como si me estuviesen hablando: “¡No tienes que soportar esto!” En ese mismo instante supe que eso era verdad.
Estoy profundamente agradecido por la curación que tuve a través de la lectura de la Biblia y del libro Ciencia y Salud que me obsequió mi hijo en 1990, y abrigo la esperanza de que mi testimonio ayude a todo aquel que necesite sanarse. A pesar de que había estudiado la Biblia desde niño, aun sentía el vivo deseo de comprender sus enseñanzas.
Hace Unos Años, un amigo de la familia tenía planeando irse a los Estados Unidos, y necesitaba dinero para su viaje. Yo le dije que tenía cuatrocientos dólares que le podría prestar, pero que necesitaba que me los devolviera tan pronto como fuera posible.
Estoy Muy agradecida a Mary Baker Eddy por su libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, y también a quien me lo regaló, pues cuando lo recibí no tenía la menor idea de lo que trataba el libro. Pero me interesó el título y sobre todo donde dice: “En el espíritu del amor de Cristo —como quien 'todo lo espera, todo lo soporta', y se regocija en llevar consuelo a los afligidos y curación a los enfermos— ella dedica estas páginas a los que sinceramente buscan la Verdad” (pág.
Al Mirar En Retrospectiva mi experiencia de haber vencido la adicción al tabaco lo cual me llevó dieciocho años me doy cuenta de que yo mismo estaba entorpeciendo mi curación. Por otra parte, era como si estuviera haciendo eco a las palabras de Jacob: “No te dejaré, si no me bendices” (Gén.
Poco Después de graduarme de la universidad me involucré sexualmente con un joven divorciado que no tenía interés en contraer matrimonio. Aunque había mucho de bueno en la relación, la atracción principal era la sensualidad.
En Una Oportunidad estuve muy preocupada por la gran cantidad de actividades que tenía que realizar tanto en mi iglesia de la cual era Secretaria, como en mi hogar. Fue tanta la preocupación que me afectó físicamente, hasta el extremo de que se me paralizó el brazo derecho, que es con el que uno se viste, escribe, etc.
La Sra. Eddy describe en Ciencia y Salud el modo práctico utilizado por Cristo Jesús para ayudar a la humanidad: "No empleó medicamento para aliviar la inflamación.