Unas Navindades viajamos a un pueblito de tierra caliente, a dos horas de Bogotá, para reunirnos toda la familia. A mí me tocó venirme al otro día porque tenía que trabajar. Al día siguiente me informaron que mi mamá y mi sobrina estaban en el hospital porque aparentemente se habían intoxicado con el agua. Ese día, yo no me sentía bien, a tal punto que algunas personas en la oficina me sugirieron que me fuera a la casa. Pero decidí quedarme trabajando.
Cuando los síntomas empeoraron decidí orar, y me puse a pensar en la declaración científica del ser, que se halla en la página 468 de Ciencia y Salud. Las primeras líneas dicen: "No hay vida, verdad, inteligencia ni sustancia en la materia. Todo es Mente infinita y su manifestación infinita, porque Dios es Todo-en-todo".
Esto me llevó a pensar en la totalidad de Dios y en el origen espiritual de toda Su creación, así como en la apariencia irreal de las cosas materiales.
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