Unas Navindades viajamos a un pueblito de tierra caliente, a dos horas de Bogotá, para reunirnos toda la familia. A mí me tocó venirme al otro día porque tenía que trabajar. Al día siguiente me informaron que mi mamá y mi sobrina estaban en el hospital porque aparentemente se habían intoxicado con el agua. Ese día, yo no me sentía bien, a tal punto que algunas personas en la oficina me sugirieron que me fuera a la casa. Pero decidí quedarme trabajando.
Cuando los síntomas empeoraron decidí orar, y me puse a pensar en la declaración científica del ser, que se halla en la página 468 de Ciencia y Salud. Las primeras líneas dicen: "No hay vida, verdad, inteligencia ni sustancia en la materia. Todo es Mente infinita y su manifestación infinita, porque Dios es Todo-en-todo".
Esto me llevó a pensar en la totalidad de Dios y en el origen espiritual de toda Su creación, así como en la apariencia irreal de las cosas materiales.
Seguía aún en la oficina, y como todavía no me sentía bien, continué orando. Especialmente pensé en el Padre Nuestro, en la parte que dice: "Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal".
Yo había tenido otras curaciones en la Christian Science y la curación espiritual no era nueva para mí. También sabía que lo único que me afectaba era el temor, y que tenía que dejar de temer. Las palabras de Juan, "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor", me ayudaron mucho (1 Juan 4:18).
Todo esto me dio la seguridad de que Dios estaba allí conmigo apoyándome. Bueno, continué pensando en estas cosas y, gracias a Dios, al otro día me sentí completamente bien.
Santa Fe de Bogotá, Colombia
