Cuando Estudiamos y practicamos la Christian Science con coherencia e inspiración, podemos comprobar que Dios es omnipotente y la oración eficaz. Es por eso que quiero contar la siguiente experiencia, en la que la oración resolvió rápidamente un problema.
Vivo con mi familia en Florianópolis, en la isla de Santa Catarina, un lugar bellísimo. Siempre quise transformar ese bello lugar en algo que fuera útil para la humanidad. El año pasado construí un pequeño hotel con seis chalets confortables, con acceso para silla de ruedas. A mí y a mi hija no nos fue fácil concretar este proyecto. Oramos mucho sabiendo que cuando una idea correcta quiere hacer el bien, ya tiene todo lo que necesita para realizarlo.
Un día tuve que hacer varios pagos relacionados con la obra antes mencionada. Fui al banco a retirar el dinero para hacer el pago. Me puse en la fila frente a la caja, donde había mucha gente y mucho movimiento. Después de ser atendida, regresé a casa y me ocupé de otros quehaceres, cuando mi nieto pequeño me pidió algunas monedas. Fui a tomar mi billetera, donde había puesto el dinero. Para mi sorpresa, la billetera ya no estaba en mi bolsa. Esa mañana yo había estudiado la Lección Bíblica semanal. Había profundizado de tal manera las verdades de la misma, que el problema con la billetera no me asustó.
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