Relatos de curación
Cuando surgió la necesidad de encontrar otra casa, ella sabía que, si ponía su confianza en Dios y Su bondad en lugar de en las circunstancias materiales, su familia tendría lo que necesitaba. ¡Y así fue!
Necesitaba ver más claramente mi propia identidad como reflejo del Amor divino: mi legítima herencia como hijo perfecto de Dios.
Oré para ver que la enfermedad, y específicamente una pandemia, no tenía inteligencia. Jamás fue creada por Dios, por lo que no podía tener poder.
Reconozco que nuestra paz y bienestar individuales enfrentan desafíos, hasta el triunfo final sobre toda mentalidad material. Pero la resolución de cada desafío proporciona más crecimiento y aprecio por la comprensión del Dios del todo bueno.
¡Necesitaba comenzar a actuar (vivir) como la hija alegre y agradecida de Dios! Sabía que no debía fingir ser amorosa, amable, paciente, mansa, etc., pero sí necesitaba reflejar el pensamiento y la acción correctos de todas las maneras que pudiera.
La autora oró profundamente sobre el hecho de que los aparentes accidentes no podían tener ningún efecto ni limitar el bien presente en su experiencia.
Comprendí que el Alma es Dios y que la verdadera identidad del hombre es la manifestación inmediata o reflejo del Alma, y que esta relación entre el Alma y el hombre es indestructible, inmutable y eterna en la Ciencia.
Un bebé, un esposo ausente, sin trabajo, una guerra atroz. En este ambiente, le dieron a conocer la Ciencia Cristiana a la madre de este autor. Con esta nueva religión se superaron muchas dificultades. Trajo muchas bendiciones a su familia, incluida su propia curación del hábito de fumar.
La autora pudo evitar un robo en medio de la calle al confiar en la definición de “niños” y su naturaleza espiritual.
A medida que esta autora superaba los sentimientos de frustración y justificación propia, surgía la armonía tanto en su hogar como en su cuerpo.