
Relatos de curación
Solo estamos dejando de lado las creencias falsas de que el mal podría estar obrando en cualquier lugar o en cualquier persona.
Estoy muy agradecido por la protección y curación que proporciona la Ciencia Cristiana.
La adoración de cualquier dios que no sea el único Dios, el Espíritu divino, en realidad no puede bendecir de ninguna manera, ni pueden esos llamados dioses maldecir.
Ambos somos ideas espirituales, creaciones del mismo Padre-Madre Dios, y cada idea de Dios no sólo es una bendición, sino que es bendecida con alegría y paz.
Me consoló darme cuenta de que el cuerpo solo está sujeto al saludable gobierno de la Mente divina.
Sentirme en paz en el gobierno de Dios era parte de la curación que se estaba produciendo en mi pensamiento.
Oré para comprender que, si como nos dice la Biblia, Dios, el Amor divino, llena todo el espacio, entonces, ¿dónde hay espacio para la tristeza y la soledad? La respuesta: en ninguna parte.
Comprendí que ni esta persona ni yo podíamos ser utilizados como un medio para la sugestión de que somos cualquier cosa menos el reflejo de Dios, el bien, y podríamos ser una víctima o un victimario.
Al igual que el hombre cojo cuyos huesos del tobillo recibieron fuerza, ¡quería saltar y alabar a Dios! Mi Padre-Madre Dios me había mostrado que nunca podía separarme de Su amor.
Finalmente, esta diligente oración me ayudó a comprender profundamente que su verdadera identidad estaba completamente libre de cualquier registro de lo ocurrido.