
Relatos de curación
No hay pensamientos materiales o que impongan la enfermedad, porque no hay consciencia que no derive de Dios, la Mente divina.
Estoy muy agradecido por la protección y curación que proporciona la Ciencia Cristiana.
"Oramos para ver al bebé como inseparable de Dios; nunca, ni por un momento, privado de la vida, porque Dios es la Vida misma. Sentí que la imagen mortal del sufrimiento y la imperfección que yo tenía, continuaba cediendo ante esta verdadera imagen de la identidad espiritual del bebé".
Fue muy reconfortante saber que el hombre —es decir, todos— es, y siempre será, tributario de Dios, y que la Mente siempre gobierna el universo armoniosamente.
Solo estamos dejando de lado las creencias falsas de que el mal podría estar obrando en cualquier lugar o en cualquier persona.
Me consoló darme cuenta de que el cuerpo solo está sujeto al saludable gobierno de la Mente divina.
Sentirme en paz en el gobierno de Dios era parte de la curación que se estaba produciendo en mi pensamiento.
Finalmente, esta diligente oración me ayudó a comprender profundamente que su verdadera identidad estaba completamente libre de cualquier registro de lo ocurrido.
Comprendí que ni esta persona ni yo podíamos ser utilizados como un medio para la sugestión de que somos cualquier cosa menos el reflejo de Dios, el bien, y podríamos ser una víctima o un victimario.
Como había aprendido de mi estudio de la Ciencia Cristiana, Dios es lo que me gobierna a mí y mis actividades. Además, debido a que Dios es Amor y no hay dolor en el Amor, yo no podía estar sufriendo.