
Relatos de curación
La quietud interior y el sentimiento del amor ininterrumpido de Dios eran palpables e irrefutables.
Dios gobierna cada uno de nuestros pasos, y no hay fuerza material que nos empuje o tire de nosotros, nos haga tropezar o nos cause daño de ninguna manera.
Él puso todo su ser en manos de Dios, confió en Él con todo su corazón, y experimentó la curación física y un propósito renovado.
Cuando surgió la necesidad de encontrar otra casa, ella sabía que, si ponía su confianza en Dios y Su bondad en lugar de en las circunstancias materiales, su familia tendría lo que necesitaba. ¡Y así fue!
Este autor comparte con nosotros cómo la Ciencia Cristiana ayudó a su familia a superar los sentimientos de dolor y pérdida cuando un querido pariente murió.
Al enfocarse en la presencia tangible de Dios en su vida y la expresión de las cualidades divinas como reflejo de Dios, la restauración física y espiritual fueron como pasos naturales de progreso.
Necesitaba ver más claramente mi propia identidad como reflejo del Amor divino: mi legítima herencia como hijo perfecto de Dios.
Oré para ver que la enfermedad, y específicamente una pandemia, no tenía inteligencia. Jamás fue creada por Dios, por lo que no podía tener poder.
Reconozco que nuestra paz y bienestar individuales enfrentan desafíos, hasta el triunfo final sobre toda mentalidad material. Pero la resolución de cada desafío proporciona más crecimiento y aprecio por la comprensión del Dios del todo bueno.
¡Necesitaba comenzar a actuar (vivir) como la hija alegre y agradecida de Dios! Sabía que no debía fingir ser amorosa, amable, paciente, mansa, etc., pero sí necesitaba reflejar el pensamiento y la acción correctos de todas las maneras que pudiera.