
Relatos de curación
En gratitud profunda a Dios por Su amor que me guió a la Christian Science, y a nuestra amada Guía, Mary Baker Eddy, quiero dar testimonio de una curación que recibí en el año de 1948. Caí enfermo de pleuritis y pedí tratamiento médico.
Con el corazón lleno de gratitud deseo dar testimonio de las muchas bendiciones y curaciones que he recibido a través de la Christian Science. Esta Ciencia vino a conocimiento de nuestra familia en un momento en que la desesperación y la ansiedad reinaban en nuestro hogar.
Era yo una niña pequeña cuando mi madre sanó con la Christian Science. De mujer débil y achacosa que era antes se trasformó en una mujer fuerte, sana y radiante de contentamiento.
Habiéndome servido de mucho los testimonios que he leído en nuestras publicaciones periódicas y los que he oído en las reuniones testimoniales de los miércoles de las Iglesias Científicas de Cristo, quiero expresar mi gratitud por haber sido guiado a la Christian Science. Nunca me había imaginado que me pasara eso, en primer lugar por ser yo un médico, y en segundo lugar porque estaba más o menos satisfecho con la filosofía como una especie de religión.
Después de haberme sometido a dos operaciones a causa de un tumor en uno de los huesos del espinazo me hallé inmovilizado en cama durante tres meses. Los médicos le anunciaron a mi esposa que aunque me restableciera, jamás me sería posible caminar nuevamente.
Leemos en nuestro libro de texto, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy (pág. 13): “El Amor es imparcial y universal en su adaptación y en sus dádivas.
Hace años me hallaba recluido en mi casa por encontrarme enfermo. Contaba entre mis amigos a un médico eminente que pronosticó mi caso de muy grave afección cardíaca además úlceras en el estómago y un caso avanzado de mal de Bright.
Deseo expresar mi gratitud por la Christian Science y por lo mucho que me ha servido en mi vida. Hace varios años iba yo a mi trabajo en mi bicicleta cuando un joven en motocicleta me atropello.
Someto este testimonio impelido por mi gratitud por que la Christian Science me ha protegido y guiado durante más de treinta años. Cuando niño, yo consideraba que las curaciones a que se refiere la Biblia en sus relatos eran muy naturales, y no podía entender cómo era que ahora no se podían curar de las enfermedades mediante la oración según lo enseñó Jesús.
La Christian Science vino a nuestra familia en la década de 1880. Mi padre vivió por cierto tiempo en Boston, Massachusetts, antes de casarse, y en varias ocasiones oyó predicar a Mary Baker Eddy en el Chickering Hall.