Relatos de curación
Al impulso de mi gratitud por todo lo que la Christian Science ha hecho por mí, ofrezco este testimonio esperando ayude a otros como a mí me han ayudado tan a menudo los testimonios publicados. Hace muchos años, cuando estaba radicada en Chile, padecía mucho de constantes dolores de cabeza.
Cuando nuestra hijita tenía siete años, fué atacada de epilepsia repentinamente. Como seguía sufriendo esos ataques con más frecuencia y de más severas convulsiones, continuando a veces por horas sin cesar, solicitamos tratamiento de la Christian Science Nombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens).
Estoy de veras sumamente agradecida por cuanto de bueno se va desarrollando en la experiencia mía con mi estudio de la Christian Science y su aplicación en mi vida diaria. Me interesé en esta Ciencia oyendo una conversación entre dos vecinas mías una de ellas Científica Cristiana, contándole a la otra cómo un pariente suyo había sanado de tuberculosis en su etapa final.
Quiero expresar mi gratitud por la Christian Science y por una curación que mediante ella experimenté recientemente de un lobanillo que había tenido en mi cuerpo desde mi niñez temprana. Me advino la percepción de que lo que brota antinaturalmente no forma parte del hombre, la imagen y semejanza del Espíritu que es Dios.
Habiendo experimentado lo que solo el Principio divino pudo haber hecho posible, se me clarificaron las palabras que se hallan en la I Corintios (2:9): “Cosas que ojo no vió, ni oído oyó, y que jamás entraron en pensamiento humano — las cosas grandes que ha preparado Dios para los que le aman. ” En el año de 1949 mi madre, que no era entonces estudiante de la Christian Science, se enfermó repentinamente de un grave dolor en el abdomen.
Someto este testimonio en humilde gratitud por todos los beneficios que he recibido mediante el estudio de la Christian Science. Una enfermedad cutánea que la profesión médica declaró incurable fué lo primero que me hizo buscar la ayuda de la Christian Science.
Enumerar todas las bendiciones que me vienen constantemente con la aplicación que hago de la Christian Science sería imposible. No puedo imaginar que pudiera yo estar sin esta Ciencia.
Yo comencé a ir a una iglesia Científica de Cristo porque mi esposa era miembro, pero por algún tiempo yo entendía poco de la Christian Science Nombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”.
Hace más de veinte años que la curiosidad nos indujo a mi esposo y a mí a investigar la Christian Science. Pruebas sucesivas de su poder curativo y regenerativo nos han animado a continuar e intensificar nuestra investigación así iniciada.
Yo empecé a estudiar la Christian Science cuando, después de haber buscado muchas otras filosofías y de haberme rebelado contra todo lo que se me había enseñado hasta entonces, me encontraba en un estado de desesperación y desaliento completos. Mi primera curación la experimenté pocos días después de mi visita inicial a una Sala de Lectura a la que fuí a indagar respecto a la Christian Science.