Relatos de curación
Yo no busqué la Christian Science Nombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”.
La Christian Science vino a la vida mía hace cuarenta años, cuando todo parecía muy obscuro para mí. Cuando niño siempre se me consideró delicado de salud, sin que se me permitiera disfrutar de muchas de las actividades propias de los de mi edad.
La Christian Science me interesó desde hace unos veinticinco años, después de haber concurrido a oir la primera conferencia sobre ese tema. Yo no emprendí su estudio a fin de curarme de enfermedad alguna, sino por que buscaba una religión racional.
Aunque yo no adopté la Christian Science por ningún motivo personal, he recibido mediante ella incontables bendiciones mentalmente, físicamente y de todos modos y en todos sentidos. Hoy quiero relatar una demostración que ojalá induzca a alguien que se halle actualmente agobiado a llamar a la puerta correcta en demanda de ayuda y a que la reciba.
La Christian Science trae a cada uno de sus estudiantes sinceros una comprensión espiritual que lo capacita para disfrutar de una vida armoniosa y una paz que el mundo no puede ni dar ni quitar. Durante los últimos diecisiete años las palabras del Salmista (23: 1): “Jehová es mi pastor: nada me faltará,” han sido solaz para mí y me han infundido una gratitud profunda para con Dios y nuestra reverenda Guía, Mary Baker Eddy.
Cuando yo era alumna de la Escuela Dominical experimenté algo muy admirable concerciente a la educación. La única escuela diurna a que yo fuí estaba en un cuarto trasero de una pequeña casa particular y la maestra era una señora de edad avanzada, sin que pasara la enseñanza que recibí de la instrucción más rudimentaria.
Con profunda gratitud relato aquí mi primera curación de importancia por el poder de la Christian Science. Desde mi infancia y en toda mi juventud padecí lo que llaman ataques epilépticos, que eran muy aflictivos.
En su poesía “Oración vespertina de la madre,” dice Mary Baker Eddy ( Poems , pág. 4): “Gentil presencia, gozo, paz, poder, divina Vida, en todo está Tu ser.
Mis padres comenzaron a interesarse en la Christian Science en 1909 y ambos sanaron de dispepsia crónica en pocas semanas con solo leer “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy. Cuando niña, asistí a la Escuela Dominical de la Christian Science y recuerdo con cuánto gozo y admiración aceptaba yo el hecho de que las curaciones que registra la Biblia no fueron exclusivamente para aquel entonces sino para todos los tiempos; que la Christian Science viene mostrando el método del Maestro, curando enfermos mediante la oración y reconociendo a Dios como el único médico.
Con dicha profunda doy testimonio del poder de la Christian Science para curar. No hay problema, por grande que sea, ni situación demasiado complicada, ni enfermedad demasiado grave que no pueda curarlos la comprensión de Dios según lo enseña la Christian Science.