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Hace muchos años fuí sanada por la Christian Science*...

Del número de julio de 1958 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Hace muchos años fuí sanada por la Christian ScienceNombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”. de una afección al riñón y de colitis después de haber permanecido muchas semanas en un hospital bajo el cuidado de un famoso especialista. Cuando dejé el hospital el médico me dijo que sería prudente que aceptara el hecho de que en adelante tendría que atenerme a una dieta rigurosa. Esto me desalentó sobre manera, pues había perdido mucho peso y me hallaba demasiado débil para caminar. Se me llamó la atención a la Christian Science y mi estudio comenzó con la hermosa e inspiradora Lección-Sermón titulada “Doctrina de la Expiación” del Cuaderno Trimestral de la Christian Science. El percibir que la Vida es Dios y que el hombre verdadero no está gobernado por el sentido material fué para mí de gran iluminación.

Dos semanas después que se hubo comenzado el tratamiento según la Christian Science boté todas mis medicinas y jugué varios partidos movidos de tennis. Los síntomas de las enfermedades desaparecieron, y un año después di a luz muy armoniosamente. Estoy agradecida también por la cura instantánea del hábito de fumar que ocurrió cuando dejé de usar la fuerza de voluntad y me puse a orar sinceramente para ser sanada.

La Biblia dice (Isaías 40:31): “Pero los que esperan a Jehová adquirirán nuevas fuerzas; se remontarán con alas, como águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no desfallecerán.” Este versículo ha sido muy a menudo mi consuelo y mi guía. Me capacitó para apartarme de un sentido falso de la responsabilidad personal y de la fatiga, habilitándome para ganar lo que necesitaba para el sustento de mis dos hijitas y el mío. En ese tiempo vivíamos en una ciudad en la cual conocíamos a muy pocas personas. Como nunca antes me había tocado trabajar, no tenía una idea concreta de lo que debía hacer, por lo cual me puse a orar para que me fuera enseñado el camino. Entonces una conocida me pidió que tratara de vender unos dibujos muy hermosos que ella había hecho. Los llevé a una firma que fabricaba papel para empapelados, la cual compró inmediatamente uno de ellos. Mucho fué lo que me regocijé, y poco después se me presentaron otras oportunidades de vender.

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