Relatos de curación
Esta es una adaptación de un testimonio originalmente transmitido en la emisión online de las reuniones de testimonios de los miércoles de La Iglesia Madre. Un día mi esposo y yo estábamos caminando hacia nuestro mercado local con unos amigos.
Hace varios años , recuerdo claramente que estaba sentada junto a la ventana de mi oficina con lágrimas que corrían por mis mejillas; estaba desesperada. Hacía ya varios meses que tenía muchos dolores y gran dificultad para moverme.
Hace muchos años , cuando mi esposo y yo estábamos esperando nuestro segundo hijo, me preparé para el nacimiento con la oración, y a menudo le pedía tratamiento a una practicista de la Ciencia Cristiana. Estudié en particular lo que Mary Baker Eddy escribe en la página 463 de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras : “Para asistir debidamente el nacimiento de la nueva criatura, o idea divina, debieras apartar el pensamiento mortal de sus concepciones materiales de tal manera, que el nacimiento sea natural y sin peligro”.
En febrero de 2013, mi obstetra habitual diagnosticó una menopausia prematura, así como una enfermedad muy grave que afectaba las funciones ováricas. Tenía sólo veintitrés años.
Antes de conocer la Ciencia Cristiana, yo hacía lo mejor que podía con mi vida. Tenía una familia: esposo y tres hijos mayores.
Encontré la Ciencia Cristiana hace más de cuatro años. -¡Por fin! Es lo que inmediatamente pronuncié después de comenzar a leer Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, el libro de texto de la Ciencia Cristiana, escrito por Mary Baker Eddy, Fundadora de la Iglesia de Cristo, Científico.
Hace unos meses sentí náuseas y me enfermé. Mi temor era que me podía desmayar, y aunque estaba en casa, no habría nadie alrededor para ayudarme.
En el año 2010 fui seleccionada para una consultoría de 15 meses con las Naciones Unidas en la República Dominicana. Me sentí muy feliz por esta oportunidad que Dios me estaba dando en mi carrera, y deje mi país con mucha expectativa y alegría.
Hace varios años, me contagié de un herpes en la lengua. Era algo muy doloroso y no podía comer.
Un fin de semana de hace un par de años, mientras estaba viviendo en Francia, tuve una curación instantánea. Un domingo de mañana me desperté muy temprano para jugar con el equipo de fútbol del que había sido parte durante varios meses.