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Original Web

Los síntomas de resfriado desaparecieron

Del número de diciembre de 2018 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 29 de octubre de 2018 como original para la Web.


Quiero expresar mi gratitud por una rápida curación que tuve al aplicar la Ciencia Cristiana. El año pasado, la semana antes de Navidad, empecé a tener síntomas de un resfriado. Me di un tratamiento de la Ciencia Cristiana, afirmando la bondad y totalidad de Dios, así como también que yo —como todos los demás— soy inseparable de Dios porque soy Su amada hija espiritual.

No obstante, me di cuenta de que sentía mucha frustración ante la posibilidad de pasar las fiestas enferma. También llamé a una practicista de la Ciencia Cristiana para que orara por mí, para que me ayudara a sentir más el amor de Dios en aquel momento.

A medida que la practicista y yo orábamos, me di cuenta de que semanas antes, me había sentido atrapada por todas las ocupaciones propias de la época navideña. Parecía que había perdido mi capacidad de maravillarme, de sentir alegría y gratitud por la santidad de la aparición del Cristo que celebramos en la Navidad.

Me encanta la Navidad, así que esto fue un llamado de atención para que estableciera mis prioridades y expresara más gratitud por el profundo amor que Dios tiene por todos, como describe este pasaje del Evangelio de Juan: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (pág. 3:16).

También me sentí inspirada a estudiar una colección de artículos y mensajes sobre la Navidad escritos por Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana. Uno de los pasajes que significó mucho para mí, fue este: “En distintas épocas la idea divina toma diferentes formas, según las necesidades de la humanidad. En esta época toma, más inteligentemente que nunca, la forma de la curación cristiana. Éste es el niño que hemos de atesorar. Éste es el niño que rodea con brazos amorosos el cuello de la omnipotencia, e invoca el infinito cuidado del amoroso corazón de Dios” (Escritos Misceláneos 18831896, pág. 370).

Después de leer esto, tuve la sensación muy hermosa de que el Cristo, la Verdad, estaba presente conmigo. Sentí que recuperaba la alegría y también empecé a estar mejor físicamente.

Sin embargo, no sané por completo hasta el día siguiente, cuando escuché el hermoso mensaje de Navidad de la Junta Directiva de la Ciencia Cristiana, el cual incluía lecturas de la Biblia sobre el nacimiento de Jesús, y todos los pasajes de los escritos de la Sra. Eddy que yo había estado estudiando. La humildad, el amor y la alegría con que se leyeron esos pasajes, fueron muy inspiradores. Me sentí abrazada en una percepción más profunda, elevada y santa de la Navidad. En pocas horas, estaba libre de todos los síntomas de resfriado.

Estoy muy agradecida por el poder sanador y salvador de la Ciencia Cristiana.

Allison J. Rose-Sonnesyn
Ciudad de Washington, EE.UU.

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