Editoriales
Cristo Jesús orientó a menudo el pensamiento de sus seguidores hacia la verdad espiritual de que el ser verdadero del hombre está siempre haciendo la obra de Dios, está siempre expresando la Mente divina omniactiva. Dijo: “No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente”.
Como estudiante de música en la universidad, me tocó un día la gran oportunidad de ser solista principal de violín en uno de los conciertos mensuales del estudiantado. Al terminar mi actuación, el aplauso fue entusiasta.
Podemos lograr mejores curaciones cuando ponemos nuestros pensamientos en orden. Uno de los seguidores de la Sra.
Todo aquel que desee sanar a otros como lo hizo Jesús, no sólo debe observar una estricta conducta en el orden moral, sino también debe poseer un pensamiento espiritualizado. Bajo la guía de Dios, el Maestro ordenó a sus seguidores a que obedecieran tanto el espíritu como la letra de la ley moral dictada por Moisés.
Es posible que no siempre nos demos cuenta, pero todas las condiciones del cuerpo son condiciones del pensamiento. El pensamiento que proviene de la Mente divina manifiesta en condiciones físicas su propia naturaleza libre, espiritual e inmortal.
“¿Puedo hablar con usted confidencialmente?” Es posible que un principiante en la Ciencia Cristiana le formule esta pregunta a un o una practicista de la Ciencia Cristiana a quien le ha solicitado que le ayude por medio de la oración. Es posible que lo que tenga que decir sea muy confidencial — quizás algo relacionado con sus negocios o su vida familiar, su situación económica, o detalles íntimos acerca de su estado físico o mental.
La Ciencia Cristiana alimenta el hambre del corazón humano presentando al mundo el mensaje sanador del Cristo, el ideal de Dios. Por medio de las bondadosas ministraciones del Cristo, la Verdad, siempre activo en la consciencia humana, los individuos y las naciones están despertando a la comprensión de su necesidad de lo que es espiritualmente bueno y permanente.
El Principio — la fuente, el origen, la fuerza, la substancia — de todo el ser es el bien. No la bondad, sino el bien mismo.
¿Existe alguna respuesta para el problema que se presenta periódicamente y que llamamos desastres naturales? Sí. Según la Ciencia de la Vida nada es, en realidad, más contranatural que esos fenómenos.
El deseo de ser útil es innato en todos. Los esfuerzos de un niño pequeño por ayudar a su madre son uno de los primeros signos de este deseo.