Editoriales
Todos somos compradores y consumidores de los productos y servicios del comercio y la industria. Puede parecer que a veces se nos obliga a comprar artículos cuyo precio no guarda relación con su calidad, preciándose el comerciante de haber hecho una ganancia excesiva en lugar de preciarse de haber vendido un buen producto; o bien, cuando el servicio prometido deja mucho que desear una vez hecha la compra.
La Ciencia Cristiana revela a Dios como Espíritu infinito, el único creador, y al hombre y al universo, como Su concepto espiritual. Esto concuerda con las palabras de Cristo Jesús: "Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren".
Todo acontecimiento en la historia es simbólico. Se lo ha creído significativo, pues, de lo contrario, no se habría dejado constancia de él.
La ira jamás se justifica. Ni siquiera la ira que afirma ser justa.
Durante el transcurso de un día activo, solemos pensar que nuestras obligaciones o circunstancias desfavorables, se han convertido en una carga casi insoportable. Probablemente estemos bajo la impresión de que hemos perdido nuestro sentido de dirección y de progreso ordenado.
Cuando tratamos de sanar un estado físico, especialmente uno doloroso, nos vemos tentados a contemplarlo, a palparlo o a escucharlo todos los días o a cada hora, y a preguntarnos: "¿Está mejor o está peor?" Cuando parece mejorar, nos sentimos alentados. Cuando parece empeorar nos desanimamos.
Millones de personas saben que Dios es el Padre divino de todos. Cristo Jesús enseñó a sus seguidores a referirse a Dios como “padre nuestro que estás en los cielos”.
La Ciencia Cristiana Christian Science: Pronunciado Crischan Sáiens. puede hacer saltar la trampa de la complacencia sensual.
Dios ama al hombre. El Principio infinito del universo ama su creación.
En la actualidad parece muy fácil separarse del curso principal que sigue la vida humana, y, en especial, de aquellas personas a quienes nos inclinamos a culpar por las condiciones de vida según las vemos nosotros. En efecto, algunas personas levantan las manos en señal de protesta y disgusto retrocediendo a una contracultura.