
Editoriales
El que entienda algo de la práctica de la Christian Science se preocupa sumamente cuando oye hablar de la tendencia que crece en los tiempos actuales a emplear el hipnotismo para curar enfermos y quitar dolores. El hipnotismo no es realmente curativo porque se concierne con el uso despótico de la fuerza de voluntad mortal, la potencia de una mente humana sobre otra.
A un artista bien conocido que andaba de visita por Europa le impresionó extraordinariamente cierta catedral por su belleza, y decidió hacer un grabado al agua fuerte de ella. Estos grabados se hacen trazando líneas o rasgos en una placa de metal adecuadamente curada, empleado para ello un buril punteagudo.
Una de las advertencias más graves proferidas contra los errores del sentido personal y lástima de uno mismo se halla en el capítulo 19 del primer libro de los Reyes en el que leemos tocante a Elías que, después de destruir en el Monte Carmelo a los falsos profetas de Baal, recibió un mensaje maligno de Jezebel amenazando quitarle la vida. Elías, profeta inspirado que mediante su comprensión de Dios había destruido una idolatría esparcida por todo Israel y acabado con una sequía, se acobardó tembloroso y casi capituló ante la inminente venganza de una reina malvada.
Muchos llevan en toda su experiencia humana las cicatrices de su pasado. A veces se palpan en defectos o deformidades corporales, resultado de alguna enfermedad o accidente; más frecuentemente son mentales esas cicatrices, resultado de las desavenencias en las relaciones humanas.
Cada quien ama su lengua materna, su idioma nativo. Siente que en él puede expresar mejor lo que piensa.
Feliz el hombre que comprende mediante el sentido espiritual que el único corazón real es el gran corazón del Amor divino y que el hombre es la imagen y semejanza de Dios. Dice Pablo (Romanos 5:5): “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones, por medio del Espíritu Santo, que nos ha sido dado.
No es de sorprender que la fuerza atómica haya captado la atención del mundo tan pronto una vez descubierta la Christian Science. Porque esta Ciencia demuestra que la verdadera fuerza es la energía de la Mente divina; y concuerda con la ley de elementos contrarios de la supuesta mente carnal, ya que el error produce falsificados conceptos de las verdades espirituales que Dios revela a la humanidad.
La gente deja a menudo que sus pensamientos moren en lo pasado, y eso les anubla innecesariamente sus sentimientos y sus hechos presentes. Muchos hay también que se preocupan por lo que el futuro les reserve para ellos, para sus familias y para el mundo.
Cuando nos acercamos a Dios nos damos cuenta de la pureza y la frescura inherentes a la naturaleza de la existencia espiritual. El Dios que es Amor restaura todo lo que es bueno y en El nada de bueno falta.
De vez en cuando alguien cree que otro le ha dicho o hecho algo que lo trastorna mentalmente. Y le oímos decir que eso le duele mucho.