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La universalidad de las enseñanzas de Jesús

Del número de octubre de 1957 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Puede ser que muchos de los que van en pos de Jesús no se compenetren de la universalidad de sus enseñanzas. Que no entiendan cabalmente que el Maestro redujo la adoración a términos de experiencia continua; que él quitó de la religión todo elemento nacional, racial y ritual y la colocó dentro de los precintos sagrados de la consciencia individual. El apóstol Pablo comprendía el alcance del mensaje cristiano, y escribió (Romanos 8:14): "Todos cuantos son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios."

Cristo Jesús probó ante los ojos de los hombres la eterna verdad de que Dios es el Padre, de Su bondad, Su presencia, Su justicia, Su cuidado de cada uno de Sus hijos. Las múltiples curaciones que Jesús realizó muestran cuán valioso es cada de ellos ante Dios. Así explicaba el Maestro la Ciencia del ser con ejemplos prácticos por dondequiera que iba haciendo el bien. Dijo él que había venido a hacer la voluntad de su Padre, y su exhibición del poder divino que desplegaba indica que la obediencia a esa voluntad de Dios demuestra la unión del hombre con su Hacedor. Puesto que las obras de Jesús le fueron destinadas deliberadamente para enseñar la Ciencia del ser, deben ser comprendidas como posibles para todo aquel que se compenetre del Cristianismo como Ciencia. Porque siendo esta Ciencia divina la verdad, es eterna y universal.

Mary Baker Eddy descubrió la Ciencia en que se fundaban las enseñanzas de Jesús, y ella fundó su gran sistema curativo en las palabras y las obras de Jesús. Repitiendo muchas de las obras de Jesús, Mrs. Eddy ha probado que la Christian Science y el Cristianismo del Maestro son una misma cosa. Dice ella en "Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras" (pág. 372): "La Christian Science y el cristianismo son una misma cosa. ¿Cómo es posible entonces que en el cristianismo, más que en la Christian Science, se crea en la realidad y el poder tanto de la Verdad como del error, tanto del Espíritu como de la materia, y esperar buenos resultados aceptando estos conceptos contrarios?" He aquí la clave de las instrucciones de Jesús —él rechazó toda creencia en la realidad de la materia o del error; él entendía que el Espíritu es substancia real y que incluye toda la verdad. Así fué cómo él recibió de arriba poder para destruir el pecado, la enfermedad y toda limitación material reduciéndolos a la nada que son.

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