¿Es el poder de Dios para cuidar a Sus hijos inferior a las fuerzas sociales, políticas y económicas? El poder de Dios es supremo y omnipotente; y puede probarse que es eficaz para producir cambios dondequiera que los cambios sean necesarios. En realidad, ni circunstancias individuales ni condiciones mundiales pueden negar — a quienes confían en la Mente divina, Dios, para obtener comprensión y dirección — lo que Dios da al hombre: un hogar permanente, un cielo que le pertenece.
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