¡La perfección del hombre como hijo de Dios! Este concepto luminoso, tal como se le comprende en la Ciencia Cristiana, puede llenar nuestra vida de un gozo profundo como jamás lo hemos experimentado.
La Sra. Eddy escribe: “El hombre es espiritual y perfecto; y porque es espiritual y perfecto, tiene que ser comprendido así en la Ciencia Cristiana”.Ciencia y Salud, pág. 475. ¿Quiere decir esto que ya somos perfectos? ¿Que no tenemos que mejorar?
Nuestra identidad perfecta como idea de Dios, el hombre espiritual, es el hecho presente de nuestra existencia verdadera. El hombre espiritual no necesita mejorar, porque es la expresión misma de la perfección de Dios. Pero, ¡cuán importante es dejar que esta naturaleza verdadera del hombre salga a luz en la experiencia humana por medio de nuestros pensamientos y vidas!
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