Editoriales
Puede que el adagio “las murallas de piedra no hacen una prisión” encierre un mensaje que va más allá de la interpretación tradicional, esto es, que hay una acción del pensamiento que no se puede encarcelar. Las murallas no pueden ni contener el pensamiento ni disminuir la influencia mental que ejercemos los unos sobre los otros.
Algunas cosas jamás debieran darse por sentadas. Una de ellas es el tratamiento en la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens).
La Ciencia divina, el Consolador prometido por Cristo Jesús, ha venido a esta época revelando la verdad del ser — ilustrando con evidencias concretas que Dios es el bien supremo; que el hombre expresa la perfección de Dios. Esta realidad, presentada por el Cristo y amada por quienes la aceptan, transforma la consciencia.
Quien está consciente de sus propios sentimientos y ha experimentado el amor abnegado sabe que la fuente de ese amor no tiene nada que ver con el ser mortal. Más que emoción y aun más que afecto humano, ese amor que lo impulsa a uno a olvidarse de sí mismo para bendecir a otros comienza a aproximarse a lo divino.
Si usted se ha puesto en contacto con un practicista de la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) para que le dé tratamiento y lo sane, no piense ni por un momento que simplemente ha transferido sus preocupaciones a otra persona y que usted se quedará sin nada que hacer. Es mucho más provechoso sentir que estamos recurriendo a un Científico Cristiano experimentado y que se ocupa de las cosas del Espíritu, para trabajar juntos y resolver el problema del ser.
¿Se ha considerado usted, alguna vez, un constructor de la civilización? La historia del mañana no se ha escrito aún; pero lo que esta historia diga de nuestros tiempos, ya sea que la civilización avanzó o declinó, depende de nosotros. Hoy en día, el papel de la familia puede ser particularmente significativo.
La capacidad de ver y oír con claridad es una meta asequible a todos aquellos que buscan curación. Igualmente asequible es la preservación de la visión clara y del oído agudo.
Si bien el tratamiento en la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) es simple, su precisión y poder exigen algo más de nosotros que una manera de pensar casual. Ya sea que seamos nuevos en la Ciencia o estemos bien establecidos en ella, debemos tener un sentido progresivo de lo que es el tratamiento y de cómo opera.
Para muchos, Mary Baker Eddy dio un nuevo enfoque a la política cuando al preguntársele “¿Cuáles son sus ideales políticos?” contestó: “En realidad, no tengo ninguno, excepto el de apoyar a un gobierno justo; amar a Dios supremamente, y a mi prójimo como a mí misma”. The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág.