
Editoriales
Quizá usted sea una de las tantas personas que están buscando empleo. Sin embargo, no tiene por qué sentirse abrumado por la aparente magnitud del problema.
A medida que las investigaciones en el campo de la física continúan poniendo en duda la supuesta “sustancia” de la materia, se agudiza la pregunta: ¿Existe algo que sea sólido? La Ciencia Cristiana dice que sí, y presenta un universo más sólido e inmutable, inexpugnable y permanente, de lo que la materia jamás ha parecido ser. Éste es el universo del Espíritu, el único universo real.
A lo largo de la historia nadie ha igualado el impacto que Cristo Jesús hizo en la consciencia humana. En tres breves años de público ministerio él cambió literalmente el curso de la historia del mundo, de hecho mucho más de lo que incluso muchos cristianos piensan.
La Ciencia Cristiana comienza con Dios, descansa en Dios, y permanece con Dios. Revela la realidad pura de todas las cosas de manera tal que podemos comprobar esta realidad.
Cuando amenazan condiciones mundiales volátiles, muchas personas recurren a la oración. La oración que encuentra las leyes de Dios aplicables al caso es un factor determinante en el restablecimiento del orden, o en obtener un orden más elevado.
Mucha gente se siente fascinada con la muerte. Sin embargo, debiera, en vez, desarrollar un aprecio por la vida.
Fundamentales para la demostración de la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) son las verdades de que el Principio, el Ser Divino, al expresarse a sí mismo manifiesta su perfección eternamente, y que lo hace sin dilación o indecisión. Y sin esfuerzo.
¿Qué hace una persona si viene una noche mental, si los pensamientos se llenan de duda — hasta de insinuaciones de muerte? Mucho depende de lo que se ha estado haciendo. Si la persona ha estado cultivando su entendimiento espiritual por medio del estudio, la oración y la práctica, estará consciente de que hay una luz interior que se ha puesto ya a prueba y que la sacará del problema — posiblemente sin la ayuda de otros.
Muchos problemas de la humanidad emergen de continuo. Uno de ellos es el desafío de tener que alimentar a un número cada vez mayor de habitantes en el mundo.
Ya sea que vivamos en una sola habitación o en un apartamento; bien seamos propietarios de una casa o de un condominio; o bien vivamos en un coche-habitación o en una tienda de campaña, esa residencia expresa, en cierta medida, el concepto que al presente abrigamos del hogar y del ambiente. Hay diversas posibilidades que varían según sea la ciudad en que vivimos, nuestra cultura, nuestros ingresos, y otras cosas por el estilo.