Cuando se presenta el momento de decidir cómo se debe hacer algo, a menudo hay una amplia variedad de opiniones. Y muchas veces esto amenaza con romper amistades y el dulce sentido de unidad que puede hacer tan placentero el trabajar juntos.
La verdad espiritual básica es que es de la incumbencia de Dios gobernar, y Dios es Uno. Dios es la única Mente, y cada individualidad espiritual la refleja. La falsificación de esta Mente que es toda bondad se llama, en la Ciencia Cristiana, la mente mortal, o sea la mente carnal o material. Así como la Mente divina es una, así esta mente falsa es una, aunque parezca ser muchas.
De modo que siempre que las diferencias de opiniones amenacen con romper la amistad y la armonía, sería bueno que nos detuviéramos a considerar que el argumento puede ser sencillamente esta mente mortal o humana discutiendo consigo misma. A veces es de ayuda considerar el otro lado del asunto y ver cuán convincentemente se puede argüir ese punto de vista. Podremos prontamente apreciar la declaración de la Sra. Eddy: “Si examinamos nuestros procesos mentales, veremos que argüimos continuamente con nosotros mismos; sin embargo, cada mortal es una persona y no dos”.La Unidad del Bien, pág. 21;
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