Editoriales
¿Qué tiene autoridad sobre usted? Una mayor comprensión de la verdadera jurisdicción mitigará muchos problemas. La falta de comprensión de lo que constituye la verdadera jurisdicción abre las puertas a muchos problemas.
La curación inmediata de otra persona o de nosotros mismos frecuentemente se efectúa mediante una profunda convicción de la invariable bondad de Dios y de que el hombre recibe eternamente esta bondad. Pero si acaso momentáneamente carecemos de esta convicción, y la curación no se efectúa, el tratamiento por medio de la oración en la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) nos eleva a esa altitud espiritual que sana.
A medida que profundizamos y ampliamos nuestro amor por Dios, observamos que una meta inevitable surge en nuestra vida. Comenzamos a reconocer la posibilidad de superar — tanto en el pensamiento como en la acción — todas las limitaciones de la existencia mortal.
Ser activos y productivos es natural. “Aprenden a ser ociosas” 1 Tim.
Mucho se oye hablar sobre defensa: defensa contra enfermedades, contra enemigos políticos, contra la inflación, y así por el estilo. La posición más eficaz que podemos adoptar bajo cualquier circunstancia es la espiritual.
El Científico Cristiano se siente agradecido no sólo por la libertad que recibe al sanar sino también por el sistema de metafísica que lo capacitó para comprender a Dios lo suficiente para ser sanado. Si nuestro agradecimiento por el sistema de curación disminuye, también nuestra habilidad para practicarlo puede disminuir.
No siempre sabemos de dónde procede una fragancia agradable. Lo mismo sucede con la fragancia del cristianismo.
Quizá usted sea una de las tantas personas que están buscando empleo. Sin embargo, no tiene por qué sentirse abrumado por la aparente magnitud del problema.
A medida que las investigaciones en el campo de la física continúan poniendo en duda la supuesta “sustancia” de la materia, se agudiza la pregunta: ¿Existe algo que sea sólido? La Ciencia Cristiana dice que sí, y presenta un universo más sólido e inmutable, inexpugnable y permanente, de lo que la materia jamás ha parecido ser. Éste es el universo del Espíritu, el único universo real.
A lo largo de la historia nadie ha igualado el impacto que Cristo Jesús hizo en la consciencia humana. En tres breves años de público ministerio él cambió literalmente el curso de la historia del mundo, de hecho mucho más de lo que incluso muchos cristianos piensan.