
Editoriales
Nuestras gallinas ponedoras producían fielmente una canasta de huevos todos los días. Al parecer, las gallinas vieron un pasto más verde del otro lado de la cerca.
El estado permanente de salud que tanto anhela la mayoría de la gente lo podemos tener ahora, justamente donde estamos. La verdadera salud no depende de las condiciones físicas, la casualidad, la localidad geográfica, el clima o la ley material.
Muy a menudo, los problemas sacuden nuestro progreso. Mas es preferible que desde el comienzo progresemos mediante la comprensión espiritual y no por los aguijones de las preocupaciones.
Aunque sería raro encontrar guardias armados estacionados en los templos en todo el mundo, no lo sería tanto encontrarlos en bancos, establecimientos militares o en algunas industrias. Sin embargo, las iglesias, mezquitas, pagodas y sinagogas, en general no han sido instituciones que necesiten ser defendidas.
Algunas personas sienten el deseo de volver a casarse después de haber enviudado. Después de años de feliz compañerismo, tal vez al ver la silla vacía junto a la chimenea se sientan tristes y deprimidos en su soledad.
Usted — en su verdadera identidad como expresión de la Vida divina — jamás se deteriorará. El hombre, la creación de la Vida, no está más expuesto a la decadencia y desintegración de lo que lo está la Vida inmortal.
En la pared de un aula de una escuela colgaba un cartel deteriorado por el correr de los años. Sucesivas generaciones de alumnos habían leído el lema estampado en él; pero, como lo dijo una antigua maestra, por lo que había observado pocos habían prestado atención al mensaje.
La Sra. Eddy consideró el matrimonio un tema tan vital que le dedicó un capítulo entero en Ciencia y Salud.
“Donde hay humo hay fuego”. A veces se emite este dicho sin darle importancia y como si fuera una verdad indiscutible.
La Mente, Dios, ha establecido inteligente y permanentemente cada elemento del ser del hombre. La obra de la Mente eterna y omnisciente es competa y eternamente inmutable.