“UN pecador no puede sentirse alentado por el hecho de que la Ciencia demuestra la irrealidad del mal”, escribe la Descubridora y Fundadora de la Christian Science, “porque”, continúa ella, “el pecador quisiera hacer una realidad del pecado—quisiera hacer real lo que es irreal, acumulando así ‛ira para el día de la ira.’ ”
En las palabras que anteceden, contenidas en la página 339 de Science and Health with Key to the Scriptures (Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras) Mary Baker Eddy de hecho advierte a sus lectores que la falsedad del sentido material sostendría que los mortales no necesitan preocuparse por el error; que no pueden hacer mal, porque no existe el mal; y que no necesitan procurar su salvación, porque el hombre ya es la imagen y semejanza de Dios, y por consiguiente no necesita salvación. Nuestra Guía sabía que estas sugestiones tergiversadoras de la verdad, pervertidoras.de la moral y mutiladoras del carácter, a menos que fueran tratadas con absoluta firmeza, podrían inducir a los incautos a llegar a la conclusión de que pueden disfrutar impunemente de los llamados placeres del sentido material, sea cual fuere su atracción peculiar.
Empero, el estudiante consagrado sabe que la Christian Science viene a disipar en vez de perpetuar el sueño de la existencia separada del Espíritu. Sabe que la Christian Science viene a demostrar a la humanidad, no sólo donde ha estado esclavizada, sino también como puede encontrar su libertad. El discípulo Juan presenta la posición trágicamente irreal de todos los mortales, y la necesidad que tienen de ser liberados de ella, al escribir: "Si decimos que no tenemos pecado, a nosotros mismos nos engañamos, y la verdad no está en nosotros.”
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