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Una profunda y firme convicción de que la Christian Science es la...

Del número de octubre de 1946 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Una profunda y firme convicción de que la Christian Science es la verdad, junto con las pruebas substanciales que han sido mías en más de treinticinco años de estudiar esta Ciencia, descubierta por nuestra amada Guía, Mary Baker Eddy, me impulsa a ofrecer este testimonio con un himno de alabanza por haberse hallado en New Hampshire una mujer tan pura y desinteresada que pudo descubrir las reglas positivas sobre las cuales se basa el Cristo, la Verdad.

Una de mis primeras curaciones tuvo lugar cuando intenté evitar una riña de perros, uno de los cuales ciegamente me agarró la mano con tanta fuerza como si fuera un torniquete. Cuando la pude librar, entré, en la casa y pedí a mi madre que llamase a un practicista. Mientras esto hacía, cubrí la mano con una toalla, a fin de que nadie la pudiera ver. Aunque la herida era seria, puedo testimoniar con gratitud que con el trabajo del practicista, al cabo de una semana la mano recobró su estado normal.

Debido al desaliento que sentí al ver mis bajas calificaciones, abandoné la escuela; pero varios años más tarde, después de estudiar la Christian Science llegué a entender que sería mejor seguir adelante con mis estudios. El director de una academia muy conocida, en contestación a mi solicitud de ingreso, me aconsejó telegráficamente que no viniese, pero de todas maneras me presenté y le dije que deseaba aprovechar la enseñanza que él podía darme. Me dijo que ingresara por una temporada, en el curso de la cual descubrí que eran mis antiguas calificaciones bajas las que le habían influido en contra de mí.

Mi gratitud a la Christian Science fué inmensurablemente aumentada cuando me di cuenta, después de estudiar fielmente las Lecciones Bíblicas, en el Christian Science Quarterly (Trimestral de la Christian Science), que había logrado figurar en la lista de honor, y desde entonces mi temor de fracasar disminuyó.

Si bien he tenido muchas pruebas físicas de la eficiencia curativa de la Christian Science que agradecer, estimo aún más que los pensamientos perturbados, la falta de honradez y los celos han sido reemplazados por la honradez, el amor y la paz.

Usé lentes desde que asistí a la escuela primaria, hasta que la Christian Science me enseñó que la creencia de que tenía que llevarlos por toda la vida, era errónea; los abandoné hace diez y seis años. Nunca dejaré de agradecer a nuestra Guía su definición de la palabra “ojos”, que aparece en la página 586 de su libro Science and Health (Ciencia y Salud): “Discernimiento espiritual,—no material, sino mental.” Mientras más estudiaba, más aprendí de la verdad acerca del hombre y la debilidad de los ojos fué discernida como una creencia errónea, echada fuera y destruida.

Poco es de extrañar, pues, que el vicio de fumar me abandonó por completo, y otros hábitos desagradables han desaparecido de igual manera, a medida que he continuado con empeño el estudio de esta Ciencia.

Estoy agradecido por la ayuda en la Christian Science que han recibido nuestros hijos gemelos. Cuando nacieron, el médico dijo que uno de ellos era tan débil y pequeñito, que no viviría por más de dos o tres semanas. Hoy, ambos jóvenes son miembros de las fuerzas armadas de su país, habiendo pasado fácilmente los exámenes físicos tan rígidos que se requerían para su ingreso.

Otra experiencia mía ha sido la siguiente. Habiendo sido preparado para hacer una sola clase de trabajo, durante los días más negros del período de depresión perdí mi empleo. Sin embargo. Dios estaba presente para guiarnos, a mi esposa y a mí, por ese período dificultoso, y siento suma gratitud por las lecciones que aprendí. Con razón exclamo: “¡Reina el Señor Dios Todopoderoso!” Otra clase de trabajo completamente nuevo se me presentó cuando declaré mentalmente que haría cualquier tipo de trabajo que fuese honesto. Mediante la aplicación de la Christian Science, todas nuestras necesidades fueron provistas durante los muchos años en que desempeñé ese nuevo trabajo, y el negocio prosperó y ayudó a mucha gente.

He estado sumamente agradecido por el privilegio de servir a la iglesia en varios puestos, por muchos años; y por la felicidad inexpresable encontrada al dar todo mi tiempo a la Causa de la Christian Science, doy gracias infinitas a Dios.

Estoy profundamente agradecido por haber tomado un curso de instrucción en una clase autorizada de la Christian Science a cargo de un maestro muy ilustrado y que siempre ha estado dispuesto a ayudarme.

Por las escuelas dominicales de la Christian Science, en las cuales mi señora y yo aprendimos muchas lecciones cuando jóvenes, en nuestras respectivas ciudades, y en las que nuestros niños también han gozado de las enseñanzas de esta gran religión, quiero expresar mi más profundo agradecimiento. — .

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