Es con profunda gratitud que ofrezco el siguiente testimonio. Hace varios años fuí sanada de un coto interno. Durante semanas enteras había guardado cama bajo el cuidado de los médicos, pero seguía empeorando, y parecía que tendría que someterme a una operación. Sentí que no debería consentir a ello y que, de efectuarse, resultaría fatal. Sabiendo que un pariente nuestro había sanado de la misma enfermedad mediante la Christian Science, decidí que lo único que me quedaba por hacer era llamar una practicista. Así lo hice y ella me ayudó muy afectuosamente. Con gran sorpresa de mis familiares y amigos, no tardé en levantarme de la cama, sintiéndome muy feliz de poder atender una vez más a mis quehaceres domésticos.
Al poco tiempo nos mudamos a una casa mucho más agradable, y nuestras vidas se pusieron cada vez más armoniosas. Desde aquel entonces nuestra familia ha gozado de muchas curaciones en la Christian Science, por todas las cuales estamos muy agradecidos. Las verdades que enseña la Christian Science son de valor inestimable en la educación de nuestros tres hijos.
Todo lo que soy lo debo a mi comprensión de la Christian Science. Estoy muy agradecida a Dios por habernos dado a nuestra querida Guía, Mary Baker Eddy; también siento gratitud de poder ser útil en la escuela dominical y por ser miembro de La Iglesia Madre y de una iglesia filial.
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