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Juntas de Frutos de los Periódicos y de la Obra curativa de la Christian Science

Del número de octubre de 1953 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Christian Science Sentinel


[Síntesis de las disertaciones pronunciadas en estas juntas en la Extensión de La Iglesia Madre durante la semana de la Asamblea Anual. El texto íntegro de las disertaciones aparece en inglés en el Christian Science Sentinel del .]

Junta de Frutos de los Periódicos

Observaciones preliminares

“El Señor dió la palabra: grande era la compañía de los que la publicaban” (Salmo 68:11, según versión inglesa). Bien podemos hacer eco de este reconocimiento del Salmista de que la Verdad se proclama de por sí hoy que, rebosando en gratitud nuestros corazones, reconocemos el progreso logrado durante el año pasado en la publicación de la palabra de Dios. Por todas partes se palpa el desenvolvimiento del bien en la consciencia humana gracias a la obra misionera siempre expansiva de nuestras publicaciones periódicas. La Sociedad Editora de la Christian Science ha crecido de unos cuantos empleados que al principio ocupaban un solo cuarto, a centenares de los consagrados que tanto aquí como en el extranjero preparan y distribuyen nuestros periódicos. Miles de los que visitan cada año la Casa Editora regresan con un concepto mejor de la magnitud de nuestra labor al darse cuenta de las altas normas reguladoras de sus actividades.

Por regla general, el Campo reconoce que es mundial la circulación de nuestras publicaciones periódicas. Lo que no sabe usualmente es que el cuerpo de obreros de la Sociedad Editora incluye a los consagrados que por su propia iniciativa han venido de lejanas tierras para servir a la Causa. Hoy es mayor que nunca la oportunidad de trabajar para toda la humanidad.

Amados amigos, ahora mismo podéis disfrutar el gozo de participar diariamente en tal servicio cuando sentís el deseo de compartir con los demás el regocijo, la armonía y la paz que fluyen en vosotros al leer nuestros periódicos. Los pensamientos que hoy germinan ofrecen multiforme oportunidad, a todo Científico Cristiano, de trabajar valientemente en tan vasta mies. Orad por que no os arredre la magnitud de la tarea ni emboten vuestro gozo los problemas con que tropecéis ni os tiente a vacilar el calor de la resistencia que halléis. La meta puede alcanzarse, nuestro objetivo puede lograrse y el fruto que resulte será abundante. En tal sentido nos inspira nuestra Guía cuando escribe en The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany (pág. 269): “Dios ha echado la hoz, y está separando el trigo de la cizaña. Esta hora está fundida en el horno del Alma. La canción de la siega abarca el mundo, la sabe el mundo, es grande como el mundo.”

La Misión de la Actividad publicitaria

Por el amor que nos inspira nuestra Guía como fundadora del Monitor, hoy repercuten como suya nuestros corazones la adhesión de que escribieron a Mrs. Eddy el 11 de agosto de 1908 los primeros Fideicomisarios de La Sociedad Editora de la Christian Science, en respuesta a su súplica de que “iniciaran inmediatamente la publicación de un diario.” Dijeron ellos, y hoy repetimos nosotros (según Lyman P. Powell, en su Mary Baker Eddy: A Life Size Portrait ): “Amada Guía: ... Estamos seguros ... de que el Monitor será un poderoso instrumento para la promoción de la Christian Science, y de que será un éxito desde el punto de vista de los negocios. Nos gozamos en esta nueva oportunidad de ayudaros en vuestros planes por el bienestar de la humanidad.”

¿No será que estas tres fases del establecimiento del Monitor reclaman hoy nuestro más práctico reconocimiento: (1) mantenerlo como “un poderoso instrumento para la promoción de la Christian Science;” (2) asegurar que sea “un éxito desde el punto de vista de los negocios;” y (3) utilizar “esta nueva oportunidad de ayudar [a nuestra Guía] en [sus] planes por el bienestar de la humanidad?”

A las tres contribuyen meritoriamente los anuncios del Monitor, porque las utilidades que rinden sirven para prosperar todo lo que el Monitor se propone, fomentando la libertad de imprenta, la libertad de palabra, la libertad de cultos y la libertad de empresa. Este elemento que hace de nuestro diario un medio publicitario, lo hace asimismo otra prueba gráfica de la sabiduría divina que nuestra Guía aplicaba a los asuntos humanos. Nos trae a mientes sus pertinentes palabras (The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 216): “Mientras los Científicos Cristianos no dediquen todo su tiempo a las cosas del Espíritu, viviendo sin comer y obteniendo su dinero de la boca de un pez, deben ganarlo a fin de ayudar con él a la humanidad. Todos los sistemas de religión descansan sobre esta base.”

Los anuncios del Monitor lo sostienen potentemente como nuestra arma mundial de la verdad contra el mal, contribuyendo así a velar por la revelación de la Christian Science. ¿No habremos, pues, de considerar agradecidos al anunciante tan indispensable al Monitor como el subscriptor?

Y como sus subscriptores indispensables, vosotros y yo nos hallamos considerando a los indispensables anunciantes del Monitor como nuestros aliados en la Christian Science por contribuir al éxito de nuestro diario desde el punto de vista de los negocios.

Siendo la misión del servicio publicitario del Monitor tan inseparable de la del diario justo y bondadoso que fundó Mary Baker Eddy, ciertamente que su objeto es bendecir.

La Misión de la Actividad de Circulación

Nuestra Guía, Mary Baker Eddy, nombró los primeros “circuladores” que vendían “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” de puerta en puerta. Eso ayudó a establecer nuestra Iglesia. Como co-Científicos Cristianos, tú y yo somos circuladores de una de las más grandes y más extraordinarias casas editoras del mundo. Todos somos co-editores de un periódico cuyo objeto es beneficiar y bendecir a la humanidad de día en día.

Somos pescadores de hombres. En tal actividad utilizamos las publicaciones periódicas que nos dió nuestra Guía, y todos estamos aprendiendo a utilizarlas en formas más prácticas.

Nuestro Departamento de Circulación agradece haber logrado mucho progreso este año y siente gratitud especial por haber crecido las iglesias en donde se hizo bien el trabajo de circulación. Un ejemplo de esto nos lo da la que se fué a radicar en Levittown, Nueva York, y puso en práctica su amor por The Christian Science Monitor trabajando por que circulara allí. Así contribuyó a que se formara una Sociedad de la Christian Science. Consiguió muchas subscripciones al Monitor. La Sociedad creció rápidamente con esa gran ayuda de ella, siendo ahora Primera Iglesia Científica de Cristo en Levittown.

Escribe el presidente de la junta directiva de la iglesia en Levittown: “En algunos casos los nuevos subscriptores han comenzado a concurrir a los servicios religiosos de la iglesia, a la Sala de Lectura, o han enviado a sus hijos a la Escuela Dominical. Cuando una señora fué a ver al ministro de la iglesia a que había estado asistiendo su hija a la Escuela Dominical, para retirarla de tal escuela y matricularla en la de la Christian Science, el ministro le contestó amablemente que estaba perfectamente bien, añadiendo que él también estaba utilizando la Christian Science desde que se había subscrito al Monitor. Los padres de los niños que van a la escuela de Levittown han observado que los encargados de la escuela son más tolerantes desde que se lee más generalmente el Monitor. Entre los mismos miembros de nuestra iglesia se nota que se dan mejor cuenta del propósito de nuestras publicaciones periódicas, indicándolo agradecidos en frecuentes testimonios.”

Tal labor coincide con el deseo que expresó nuestra Guía de que nos alleguemos a los que menciona en la página 570 de Ciencia y Salud: “Millones de mentes sin prejuicios — sencillos buscadores de la Verdad, fatigados peregrinos, sedientos en el desierto — están esperando anhelantes descanso y refrigerio. Dadles un vaso de agua fría en nombre de Cristo, sin temer jamás las consecuencias.”

¿Queréis ser representantes de circulación u obreros en el comité de circulación en vuestros respectivos vecindarios? Así os haréis bien a vosotros mismos y a vuestra iglesia.

La Misión de nuestro Diario

Mary Baker Eddy era ciudadana vivaz de su comunidad y del mundo. Y es muy evidente que esperaba fueran lo mismo sus adeptos. En cierto punto de “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” (pág. 227) se dirige a sus lectores como ciudadanos del mundo. Ella se ocupaba de los grandes asuntos de actualidad en aquel entonces, como la guerra ruso-japonesa, las relaciones amistosas anglo-americanas, los tribunales internacionales.

¿Cómo pueden sus adeptos ser ciudadanos vivaces? ¿No era esa necesidad de estar alerta y al tanto de lo que pasa una de las razones por las que se estableció The Christian Science Monitor?

El mundo ha percibido algo de la grandeza que encierra la demostración de nuestra Guía al fundar este diario. Es alta la reputación que se ha granjeado por todas partes.

Y sin embargo, para los que trabajamos diariamente en la publicación de este diario, nos parece que apenas está en el umbral de su promesa y sus posibilidades. En la medida en que los que preparan el Monitor y los que lo leen comprendan su misión — en la medida en que se compenetren de todo el concepto que tenía Mrs. Eddy del Monitor, y se ensanche su significado en su modo de pensar — en esa medida ha de desarrollar nuestro diario su eficacia siempre creciente.

¿Que concepto tenemos nosotros del objeto del Monitor? Sabemos que Mrs. Eddy dice (The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 353): “El objeto del Monitor es no perjudicar a nadie, sino bendecir a toda la humanidad.” ¿Cómo bendice? ¿No es haciendo resaltar lo que de bueno hay en la experiencia humana y exponiendo lo malo? Por un lado el Monitor procura divulgar buenas nuevas, anunciar los pasos que da la humanidad hacia adelante, sus hechos heroicos, sus planes y normas constructivos — en una palabra, estimular los esfuerzos rectos. Por otro lado, el Monitor trata de llevar a cabo ese desenmascaramiento de lo erróneo a que se refiere nuestra Guía mediante el cual, como ella dice, el mal queda destruido en sus dos terceras partes. Se esfuerza por poner en guardia a la humanidad contra la emboscada del enemigo, precaviéndonos a nosotros de las diversas fases en que el error se esfuerza por soltar un nuevo diluvio tratando de ahogar la verdad que se revela a nuestra era actual.

Por supuesto que, en su misma función expositiva del mal y magnificadora del bien, el Monitor no es sólo un registrador e intérprete, sino también un instrumento activo en la destrucción del mal.

Hay también otro aspecto en ese engrandecimiento del bien. Es bien palpable que el humano ser y la escena humana tienen que espiritualizarse antes de que logren su salvación. Toda una veintena de años antes de que se fundara el Monitor, nuestra Guía empleaba las palabras “monitor espiritual” en sus escritos, declarando (Miscellaneous Writings, pág. 100): “El monitor espiritual, entendido, es la coincidencia de lo divino con lo humano, el colmo de la Christian Science.” Ella sabía que las verdades divinas del ser han de transformar lo humano, que los conceptos humanos tienen que refinarse y espiritualizarse — trátese del hogar, de la política o la economía, o de ciencias naturales, teología o medicina.

Hoy se está llevando a cabo tal transformación como nunca había ocurrido. El mundo siente toda la pujanza de la Verdad. La evidencia de esta fermentación es quizá la noticia más trascendental, y de interés especial para los Científicos Cristianos. Y es el Monitor— cuyos directores y cuerpo de redacción son casi todos Científicos Cristianos y muchos de ellos instruidos facultativamente en esta Ciencia — el que está habilitado excepcionalmente entre los diarios de la prensa para percibir, noticiar y acrecentar esta admirable fermentación. Esta función de monitor espiritual forma parte de la misión de nuestro periódico. ¿Quién de nosotros ha de desear en forma alguna desvincularse de esta gran demostración periodística de nuestra Guía, que nos pone en guardia por todo el frente en la batalla que se libra en la consciencia humana?

Gobernado por la Mente divina, el Monitor seguirá desarrollándose en siempre nueva utilidad y adaptación a las necesidades de la humanidad. Si equívocos ocurren, serán rectificados. En un seminario que tuvo recientemente el Instituto Americano de la Prensa en la Universidad de Columbia al que yo concurrí, el Monitor fué calificado a la vanguardia misma de los más aventajados conceptos de formato y tipografía, de la presentación de las ilustraciones fotográficas y de cómo tratar las noticias de mayor importancia. En semejantes actuaciones suele suplicarse con frecuencia a los que representan el Monitor que describan nuestra técnica de cómo preparar las noticias analíticas o interpretativas, técnica que otros muchos rotativos ya comienzan a adoptar.

Mantengamos en alto nuestro concepto del Monitor. Percatémonos de que es algo más que sólo otro buen periódico. Comprendamos que, visto espiritualmente, el Monitor representa la actividad del Cristo, la Verdad, leudando la consciencia humana con toda la habilidad y los recursos de su origen divino.

El mundo necesita desesperadamente adquirir más de esto que la Christian Science le ofrece. Podemos estar seguros de que mediante el Monitor y las otras publicaciones periódicas que fundó Mrs. Eddy, se está llevando a cabo una obra grandiosa. Dice nuestra Guía en sus Miscellaneous Writings (pág. 166): “Como la levadura que cierta mujer escondió en tres medidas de harina, la Ciencia de Dios y la idea espiritual, llamada en este siglo Christian Science, está leudando la masa del pensamiento humano, hasta que todo se leude y el materialismo desaparezca por completo.”

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