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Nuestras “huestes innumerables de ángeles”

Del número de octubre de 1953 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Ciencia y Salud, el libro de texto de la Christian ScienceNombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”., lo nombró correctamente su autora, Mary Baker Eddy, la Clave de las Escrituras porque revela el significado de la Biblia en palabra y en los acontecimientos que relata. Escribe Mrs. Eddy en la página 320 del texto: “Las metáforas abundan en la Biblia, y a menudo los nombres expresan ideas espirituales. Los teólogos más distinguidos en Europa y América están de acuerdo en que las Escrituras tienen dos significados, uno espiritual y otro literal.” Y añade: “La única interpretación importante de las Escrituras es la espiritual.”

Si la Biblia se aceptara sólo literalmente, eso nos haría creer que Dios es una remota entidad personal aparte del hombre pero comunicándose con él por intervención o mensaje sobrenaturales. Pero en la Christian Science vemos que Dios, o el Amor divino, siendo en Sí el todo infinito, es divinamente natural, y que toda manifestación de ese Espíritu debe reconocerse y aceptarse como la expresión natural de la eterna presencia de Dios. Dijo el Salmista (91:11, 12): “A sus ángeles mandará acerca de tí, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, porque tu pie no tropiece en piedra.” ¿Cuáles son los ángeles de Su presencia? Un falso sentido teológico trata de materializar lo que es realmente un bello concepto metafísico. Enseña la Christian Science que los ángeles son ideas divinas, inspiraciones intuitivas que están y deben estar perpetuamente en evidencia para el que perciba y demuestre su entidad verdadera como emanación misma de la Mente divina.

Científicamente hablando, los ángeles no son entidades espirituales portadoras de mensajes divinos para los mortales, aunque en cierto sentido relativo los ángeles de Dios o conceptos espirituales de la Mente pueden parecer pasar de la Mente al hombre. En realidad, el desenvolvimiento de las ideas espirituales de la Mente aparece como el ser verdadero del hombre, y en la misma unión inseparable con Dios que Pablo declara en su epístola a los Hebreos (12:22): “Os habéis acercado al monte de Sión, y a la ciudad del Dios vivo, Jerusalem la celestial, y a las huestes innumerables de ángeles.” En explicación suplementaria de lo cual dice nuestro libro de texto (págs. 298, 299): “Los ángeles no son como seres humanos hechos etéreos, desplegando en sus alas cualidades animales; sino que son visitantes celestiales, que vuelan con alas espirituales, y no materiales. Los ángeles son pensamientos puros, que emanan de Dios, alados con Verdad y Amor,— no importa cual sea su individualidad. La conjetura humana proyecta sobre los ángeles sus propias formas de pensamiento, diseñándolos con contornos supersticiosos, y haciéndolos aparecer como seres humanos con plumas imaginarias; pero esto no es sino mera fantasía. No tiene tras de sí más realidad que el pensamiento del escultor, cuando éste talla su ‘Estatus de la Libertad’, la cual da forma a su concepción de una cualidad o condición invisible, pero que no tiene modelo corporal alguno salvo en el pensamiento del artista mismo y en sus ‘cámaras. .. de imágenes’.”

Siendo la Mente divina la única presencia, tal presencia nunca está ausente, aunque los sentidos materiales nunca ven ni reconocen este hecho divino. Los ángeles o pensamientos que constituyen la presencia divina siempre están a la mano y se revelan en la consciencia individual del ser puro y perfecto. Cuando uno logra entender el significado verdadero de los ángeles, percibe cómo y por qué puede esperar legítimamente que aparezcan aquí y ahora.

Puesto que los ángeles de la presencia de Dios se revelan como pensamientos, nunca está el hombre separado de la inmediata fuente de la inspiración angelical. Como la idea infinita en desenvolvimiento, la unión inseparable del hombre con la Mente tiene que evidenciarse, y se evidencia constantemente en la presencia y actividad del gobierno y orientación divinos. En lo que aparece como experiencia humana, nuestros ángeles pueden tomar la forma de alguna intuición que Dios imparta para que sirva de base para alguna decisión en los negocios o de impulso espiritual para resolver algún problema de relaciones humanas. Cuando uno está en paz consigo mismo y demostrando conscientemente armonía, integridad y buena voluntad para con los que le rodean, este es un estado de receptividad espiritual en el que gobiernan y dirigen los ángeles o pensamientos divinos.

Puede observarse por toda la Biblia que los ángeles de Dios, los mensajes e impulsos intuitivos del Espíritu aparecían invariablemente a los sintonizados espiritualmente para recibirlos. Lo cual es asimismo el caso hoy día, y debería impeler al estudiante de la Christian Science a evidenciar y demostrar creciente receptividad y expectativa vigilancia alerta a la inspiración y espontaneidad del Alma.

Mrs. Eddy describe bellamente a Miguel y a Gabriel como las cualidades del pensamiento espiritual por las que probamos estar inherentemente libres de creencias falsas. Para demostrar la Christian Science correctamente necesitamos tanto a Miguel como a Gabriel. Ambos son angélicas índoles de pensamiento esenciales para hacer frente a las supuestas pretensiones del mal. A veces se requiere la fortaleza, la fuerza espiritual y el valor moral de Miguel para encararse uno intrépidamente contra la aparentemente agresiva pretensión de la enfermedad o de la tentación pecaminosa. Significa sostenernos con el poder que imparte el hecho de que Espíritu es Todo. Se requiere el valor y el cuidado siempre alerta de Miguel para descubrir las pretensiones del magnetismo animal y ver impertérrito, su absoluta carencia de mente, su falsedad completa.

Por otra parte, cuando uno se halla a veces frente a frente con alguna fase amenazante del mal que haya que superar, como pasó con Elías, Eliseo y muchos otros profetas de Dios, necesita la quieta seguridad de la perenne presencia del Amor simbolizada por el ángel Gabriel. Este ángel no lucha ni contiende con el mal como una realidad, ni tampoco Miguel en verdad. Gabriel simboliza una cognición tranquila, una certeza sosegada. Gabriel revela el conocimiento de que el Amor es Todo. Nos conduce “junto a aguas de reposo”— la consciencia del divino ser, intocable e imperturbable por el clamoreo ni la tensión ni el temor de los sentidos mortales.

En un artículo que lleva por título “Los Angeles” en Miscellaneous Writings (Escritos Diversos, págs. 306, 307) escribe nuestra Guía: “Cuando ángeles nos visitan, no oímos el frufrú de sus alas ni sentimos su contacto como de penígero pecho de paloma; pero nos damos cuenta de su presencia por el amor que engendran en nuestros corazones. ¡Oh, que sintáis este contacto,— no es de manos que se estrechan, ni el de la presencia de un amado; es más que eso: es una idea espiritual que alumbra vuestra senda! Dice el Salmista: ‘El hará que Sus ángeles se encarguen de tí’” (según versíón inglesa).

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