Los que están sintonizados con el Espíritu que es Dios se dan cuenta de la presencia del Padre y notan que Su poder actúa entre los hombres. Sienten por todas partes el espíritu de la natividad del significado verdadero de la vida, y la Verdad los atrae con el poder irresistible del bien espiritual. Así pasó cuando nació el Salvador y los pastores que velaban en el campo oyeron la hueste celestial que exclamaba (Lucas 2:14): ‟Gloria en las alturas a Dios, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres.” Algo admirable pasaba en el mundo y ellos sentían la excitación alentadora de una era nueva. La salvación se allegaba a la humanidad, la salvación de la mala creencia de que Dios no puede hacer cumplir Su propia ley y de que el hombre es víctima de esta deficiencia divina.
Simeón era uno que también se daba cuenta de que se aproximaba el alba espiritual, y cuando María trajo al niño Jesús ‟para presentarle al Señor,” Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios, diciendo (Lucas 2:30, 31): ‟Mis ojos han visto tu salvación, la cual has preparado en presencia de todos los pueblos.” Pero él prosiguió, precaviendo a María de que el niño sería puesto “para blanco de contracción.” Profetizó que el alma de ella sería traspasada con una espada, y que se revelarían “los pensamientos de muchos corazones.” Previó Simeón que el error sería expuesto; que no cedería al Cristo sin luchar; que la Verdad tendría sus enemigos; pero que sin embargo, a toda la humanidad le esperaba su salvación.
Desde que se descubrió la Christian Science, los preparados para recibir su revelación de que Dios es Todo y de la perfección espiritual del hombre, han sentido el aliento excitativo de la Verdad y han sido atraídos al abrigo seguro de su abrazo. Por todas partes se siente el mismo espíritu de la Navidad que indujo a los pastores a que despertaran a oír el mensaje de paz y buena voluntad para con todos los hombres. Las verdades que el Maestro enseñó y probó en su ministerio curativo, hoy se conocen en la Ciencia que las revela, y la posibilidad de despertar completamente de la sensación mortal de la vida se hace universal. Todavía parece que el error lucha contra la Verdad. Las guerras asoladoras que han seguido al descubrimiento de la Christian Science parecen ofuscar a la humanidad y desviarla de las miras y fines cristianos. Pero el pensar humano tiende siempre a elevarse, y a las mentales fuerzas materiales enemistadas contra la Verdad se las trata y atiende mediante el amor. El espíritu de la Navidad se hace más fuerte con el transcurso de los años.
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