“¡Bendice, oh alma mía, a Jehová, y no te olvides jamás de todos sus beneficios!” (Salmo 103:2.) Muchos han sido los beneficios que hemos recibido mi familia y yo gracias a la aplicación de la Christian Science. Cuando se me presentó hace más de diecisiete años, yo buscaba una religión que satisfaciera mis aspiraciones, y prontamente acepté esta enseñanza admirable.
Aunque he pasado por muchas pruebas, no he dejado de progresar hacia el Espíritu; porque a cada demostración ha seguido otra demostración, y cada dificultad así vencida por obra del Principio divino, me ha fortalecido. Una cosa que me ha traído mucha felicidad ha sido que lo que yo he venido experimentando ha impartido a mi esposo una creciente certeza del poder de la Christian Science para curar y salvar.
Por varios años, y especialmente desde que empezó la segunda guerra mundial durante la cual mi esposo logró aprovecharse de la protección divina, su comprensión siguió aumentando hasta que se ocupó activamente de la Christian Science, ayudándome y sosteniéndome en las luchas que hemos tenido que librar con éxito. Nos sentimos felices especialmente de ser miembros de la misma iglesia filial. Este privilegio nos ha aportado indecibles bendiciones, entre ellas nuestra más amplia comprensión espiritual y un amor sincero por la humanidad, así como una mejora definitiva en nuestra situación pecuniaria.
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