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Diariamente agradezco que se me hayan...

Del número de julio de 1954 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Diariamente agradezco que se me hayan enseñado a temprana edad los frutos de la obediencia. Mi madre era una Científica Cristiana devota que creía en la fidelidad al Manual de La Iglesia Madre por Mary Baker Eddy, y a los estatutos de nuestra propia iglesia filial. Recuerdo que cuando tenía yo veintiún años y parecía dificultárseme decidir cuál sería el curso debido que debía seguir respecto a mi felicidad futura, ella me dijo: “Puedo garantizarte que si estudias la Lección-Sermón en el Cuaderno Trimestral de la Christian Science diariamente por un año, se te resolverá tu problema.” Su convicción me convenció, y tengo el placer de decir que yo hice lo que ella me aconsejaba. El problema quedó resuelto bellamente antes de que terminara el año. Yo hallo que porque estudio la Lección-Sermón antes de atender a mis quehaceres cada mañana, sean cuales fueren las tareas que me reserve el día, ese estudio me las aligera.

También se me muestran diario las recompensas por asistir a la iglesia con regularidad. He logrado prontas demostraciones en innumerables casos. He creído que mi lugar apropiado los miércoles en la noche y los domingos en la mañana está en la iglesia, y he podido estar allí porque sé que el hombre siempre está en su propio lugar. He logrado servir de Primera Lectora durante tres años faltando sólo dos veces, y eso no a causa de enfermedad. Sin embargo, hay que hacer constar que mi amor por la Lección-Sermón y por los servicios de la iglesia no lo sentí desde luego sino que se fué desarrollando a medida que yo espiritualizaba mi pensamiento.

Muchas curaciones he tenido en el transcurso de los años tales como influenza catarral y catarro crónico. Me he visto protegida en accidentes de automóvil y de otras clases y he tenido muchas demostraciones de provisión. Una de ellas se destaca como un faro. A principios de mi vida matrimonial, durante la depresión, lo que se me daba para el gasto tenía que alcanzarme para muchos desembolsos. Un sábado mi esposo me dió el dinero, pero cuando lo necesitaba para salir de compras y liquidar algunas cuentas, no podía encontrarlo. Casi toda la tarde se me fué buscándolo, pero inútilmente. Cuando fui a la iglesia el domingo en la mañana iba con una fuerte impresión de pérdida. Mientras se cantaba el solo me advino el pensamiento: “¿Has perdido el amor de Dios? ¿Has perdido tu conocimiento de la relación del hombre para con Dios que te ha enseñado la Christian ScienceNombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”.? ¿Se te ha perdido algo de la Vida, de la Verdad o del Amor? ¡No! Luego en realidad tú no has perdido nada, ¿verdad? Y pude responder con certeza: “No, yo no he perdido nada.”

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