“Buscad primeramente el reino de Dios, y su justicia; y todas estas cosas os serán dadas por añadidura” (Mateo 6:33). Esta promesa tan práctica de Cristo Jesús se cumple constantemente en la experiencia mía desde que empecé a estudiar la Christian Science.
Hace poco más de ocho años que, estando yo en servicio de ultramar en la Fuerza Aérea Real del Canadá, pasé mi última licencia o vacaciones en Londres, Inglaterra. Una tarde fuí a un Centro Cristianocientífico de Reposo. Había estado fumando y tomando la mayor parte del día sin hallar satisfacción en eso. Pero en ese Centro me tranquilicé y obtuve respuesta a todas mis preguntas. Me prestaron un ejemplar del libro de texto de la Christian Science, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy, y mientras lo leía por primera vez me sentí fuera de este mundo material.
Esa noche comencé a entender la eficacia curativa de la Christian Science. Un lobanillo que yo tenía y que, según el oficial médico tendría que sajárseme quirúrgicamente comenzó a supurar y a la mañana siguiente ya había desaparecido completamente. Mucho agradezco de verdad esta primera curación. Después me dí cuenta de que ya no apetecía bebidas alcohólicas ni fumar, y que todo eso había cesado cuando empecé a leer el libro de texto. Desde entonces he tenido muchas curaciones físicas y mentales. Unas fueron de jaqueca crónica, de estreñimiento crónico, de la necesidad de usar antiparras, de ciática e influenza. También he vencido varios defectos de carácter. Doy las gracias por estas bendiciones y otras muchas.
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