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La democracia en las iglesias filiales

Del número de julio de 1955 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En la Christian Science entendemos que Dios es el solo y único poder que gobierna. El gobierna y mantiene en perfecta armonía Su universo de ideas espirituales. Estas ideas constituyen Su Iglesia. Mary Baker Eddy la describe en “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” así (pág. 583): “La estructura de la Verdad y el Amor; todo lo que descansa en el Principio divino o procede de él.” Mrs. Eddy fundó La Iglesia Madre en estos cimientos espirituales del Principio invariable. Y por inspiración divina estableció su gobierno esencialmente democrático y proveyó el gobierno definitivamente democrático de sus iglesias filiales.

El gobierno democrático es mucho más que mera forma o sistema humano. Su esencia es amor a nuestros semejantes. Está arraigado en el reconocimiento del derecho del hombre a ser libre bajo el gobierno de Dios. Encuentra su expresión práctica entre los miembros de la iglesia en la igualdad de derechos y privilegios, en la igualdad entre hombres y mujeres y en su elegibilidad para ocupar puestos por turno.

Las reglas de las iglesias filiales se basan en el hecho de que el hombre es hijo de Dios, de que hay una familia universal de ideas espiritules gobernadas, no por uno o varios mortales, sino por el Principio divino. Este es verdadero autogobierno, porque así cada miembro refleja el reino de la Mente divina. Se ejemplifica humanamente obedeciendo los mandatos de Jesús (Mateo 22:37, 39): “Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de todo tu entendimiento,” y “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Esto exige la práctica de la buena voluntad, abnegación, cooperación y la buena disposición para atenerse a la voluntad de la mayoría, acatándola.

La Christian Science revela que Dios da al hombre dominio, poder absoluto para vivir y trabajar conforme a la ley divina. Al expresar o ejercitar este dominio cada idea respeta los derechos de todas las otras. El dominio verdadero no es dictatorial. El dominio que Dios da es la expresión del poder del Amor con relación a Su creación. Es benéfico, amoroso e inteligente. La dictadura implica dominio de una persona sobre otra, y es negación del poder y la autoridad de Dios.

El Cientitico Cristiano que se vuelve a la Mente divina para que lo guíe, siguiendo luego sus indicaciones, nunca incurre en dictadura ni trata de predominar en las actividades de una iglesia filial ni de sus miembros, sino que refleja el poder y el dominio de la Mente cooperando inteligentemente con sus semejantes. El ora y se esfuerza por que lo guíe el Amor. Bajo ninguna circunstancia busca un puesto ni se perpetúa en él por egoísmo o por darse importancia. Todo eso es contrario al significado fundamental de la democracia científico-cristiana.

En los procedimientos y actividades democráticas de nuestras iglesias filiales conviene que cada miembro recuerde con frecuencia las palabras de Jesús (Lucas 22:42): “No sea hecha mi voluntad, sino la tuya,” y que siempre procure que Cristo lo guíe en todas sus relaciones para con la iglesia. Mrs. Eddy explica claramente cómo lograr este propósito recto. Nos dice (The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 213): "Vigilad vuestros pensamientos, y ved si os llevan a Dios y a la armonía con Sus adherentes verdaderos. Guardad y reforzad vuestra propia fortificación más fuertemente." La obediencia a esta amonestación nunca conduce a la ambición de puesto ni de poder, sino que bendice a quien obedezca y a la iglesia con el cumplimiento de su propósito de elevar a la raza y traer curación a los enfermos, a los pecadores y a los que sufran alguna discordancia.

El Científico Cristiano fiel siempre concurre voluntariamente y con gratitud a las sesiones de negocios de su iglesia. En esas sesiones se determinan la norma y el gobierno de la iglesia. En ellas cada miembro tiene derecho a exponer sus propios puntos de vista en el orden debido y conforme al procedimiento establecido. Es no sólo su privilegio sino también su deber exponer los pensamientos que le advengan tendentes al progreso de la iglesia. Puede hasta no concordar con algunos de los pensamientos que expresen los otros miembros, pero, como dijo un obrero en cierta ocasión: “Hay que saber discordar sin ser en sí discordante.”

Conviene tener presente que todos los miembros se encuentran en diferentes etapas de crecimiento. Los experimentados en los procedimientos y métodos deben tener paciencia para con los inexpertos y los insensatos. Los miembros recién recibidos deben reconocer que ellos también, con oración y por inspiración, pueden hallar buenas ofertas que les den ocasión para progresar. Las deliberaciones en las sesiones de negocios de la iglesia son siempre útiles y legítimas. Pero meras controversias sólo por argumentar no tienen parte en las actividades de una Iglesia Científica de Cristo. La oración bien entendida es la más potente contribución que un miembro puede dar a su iglesia y a la comunidad.

Hacerse miembro de una iglesia filial ofrece oportunidad ilimitada a todos para servir entrando en gozosa actividad. La base verdadera para el adelanto y progreso individuales está en amar a Dios y al hombre. El miembro leal a su iglesia es un edificador espiritual. Ora y labora por lo que sea bueno. Se une a los que en su iglesia buscan que Dios los guíe, sabiendo que el Amor disipa la inarmonía y propensión a dominar. De toda circunstancia discordante libra Cristo, el poder del Amor reflejado.

En la medida en que los miembros de la Iglesia reflejen el gobierno de la Mente divina en su vida diaria y en las actividades de la iglesia, pondrán ejemplo e inspirarán democracia verdadera en todos los asuntos humanos. Albergando y estimando mentalmente el concepto espiritual de la Iglesia como "la estructura de la Verdad y del Amor," los miembros de la iglesia filial bendecirán a toda la comunidad. Y la iglesia filial llevará a cabo su propósito divino en los asuntos humanos como lo indica nuestra Guía en la segunda parte de su definición de la Iglesia: "La Iglesia es aquella institución que da prueba de su utilidad y se halla elevando la raza humana, despertando el entendimiento dormido de sus creencias materiales a la comprensión de las ideas espirituales y la demostración de la Ciencia divina, así echando fuera los demonios o el error, y sanando a los enfermos."

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